¿En realidad sabemos qué es “buen gusto” y qué es “mal gusto”?
Por ejemplo: creemos casi sin discutir que saber de vinos es “de buen gusto”, cuando en realidad lo es porque es un gusto caro, y confundimos el buen gusto con poder adquisitivo. En esto reflexiona nuestro columnista Felipe Soto Viterbo.