Cifras del INEGI a 2020, señalan que más de la tercera parte de los hogares mexicanos está encabezado por una mujer
En este mes se conmemora el día internacional de la mujer y los diferentes datos de México nos presentan un panorama que deja mucho que desear todavía, con respecto a la participación de las mujeres y el reconocimiento a su aportación a la economía del país.
Diversas organizaciones, como el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informáticas (INEGI), entre otras, han presentado estadísticas que señalan que más del 50% de la población está conformada por mujeres y de ellas, un gran porcentaje se encuentran en la economía informal o peor aún, ejerciendo trabajos no remunerados.
Aproximadamente el 40% de las mujeres participan en la economía nacional, a diferencia de los hombres, cuya participación es casi del 70%.
A consecuencia de la crisis sanitaria que inició en México desde 2020, la participación de las mujeres en el sector productivo formal, disminuyó.
Según datos publicados por el IMCO, con base en información del INEGI, de los 53.3 millones de mujeres mayores de 15 años en México, el 46.34% cuentan con un trabajo remunerado. El 24.39%, es decir casi la cuarta parte de los poco más de 53 millones, trabaja en la economía informal y el 21.95% ejerce sus actividades laborales en la formalidad.
Del 53.66% que no cuentan con un empleo remunerado, el 17.25% únicamente ejercen labores de cuidado y atención familiares y del hogar.
Dentro de los datos que se han obtenido, resulta que las mujeres en promedio, destinan 40 horas a la semana a cuidados de la familia y a labores propias del hogar, mientras que los hombres solo destinan en promedio 16.
Según el INEGI, el trabajo no remunerado, conlleva un valor, que beneficia a la economía nacional y que representaría casi el 24% del producto interno bruto (PIB).
Dentro de la información obtenida por el Instituto citado, resulta que 6.1 millones son emprendedoras, dentro de las cuales, 5 millones ejercen sus actividades en la informalidad y solo 1.1 millones se encuentran dentro de la economía formal.
Lo ideal es que hubiera más participación de las mujeres en la economía formal, ya que entre las ventajas que podemos resaltar, están:
- Mayor satisfacción personal.
- Mejoría en calidad de vida de la mujer y de su familia.
- Acceso de la mujer y su familia a servicios médicos.
- Protección en caso de sufrir riesgos de trabajo.
- Cotización en la seguridad social para tener la posibilidad de acceder a una pensión.
- Guarderías infantiles para sus hijos desde 43 días de nacidos, hasta cumplir 4 años de edad.
- Aportaciones patronales al fondo de vivienda, lo cual le permite optar por un crédito destinado a la vivienda.
- Capacitación continua, que todo empleador debe proporcionar.
- Generación de historia laboral, crediticia y personal
- Mayor contribución a la economía nacional, mediante el pago de impuestos y aportaciones de seguridad social, lo que se debería traducir en mejores servicios proporcionados por las autoridades locales y federales.
Por el contrario, cuando las mujeres trabajan en la informalidad, tienen diferentes inconvenientes, entre los que citamos:
- Posibilidad de abuso laboral en relación con la jornada, el salario, el tipo de trabajo, etc.
- Inestabilidad de sus ingresos.
- Carencia de prestaciones mínimas que establece la Ley Federal del Trabajo, como aguinaldo, vacaciones pagadas y prima vacacional.
- Falta de seguridad social. En caso de enfermedades tienen que recurrir a servicios de medicina privada o alternativa.
- Nula protección en caso de riesgos de trabajo. Por ejemplo, si debido a un accidente de trabajo se genera una incapacidad permanente parcial o total, no habrá retribución económica ni atención especializada, mucho menos, una pensión.
- Si debido a una enfermedad tienen que aislarse del empleo, no recibirán un subsidio por incapacidad.
- El tiempo que labore no es reconocido para poder optar por una pensión en caso de edad avanzada o vejez.
- No hay aportaciones al INFONAVIT o a algún organismo público de vivienda, por lo que difícilmente podrá acceder a adquirir una vivienda propia.
- No puede recibir los servicios de guardería para el cuidado de sus hijos pequeños.
- No genera historial crediticio.
- Etc.
Conclusiones:
- Las mujeres cuentan con capacidad, inteligencia y conocimientos para desarrollar cualquier actividad productiva.
- El impacto en la economía de su trabajo remunerado y no remunerado es determinante en México
- Cifras del INEGI a 2020, señalan que más de la tercera parte de los hogares mexicanos está encabezado por una mujer.
- El trabajo del hogar remunerado, también conocido como trabajo doméstico, es realizado en un 88% por el sexo femenino. No obstante que ya es obligatorio para los empleadores de estas personas, afiliarlas al Seguro Social, hasta 2023 solo el 2.5% habían sido inscritas en este organismo, con lo cual, la gran mayoría forman parte del sector informal.