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¿Cuáles son las diferencias entre inflación adyacente y subyacente?

La inflación no es un fenómeno uniforme; de hecho, se divide en varias categorías, aquí te explicamos

En el complejo mundo económico, uno de los fenómenos que afecta directamente a la vida cotidiana de las personas es la inflación. Este término, tan presente en los discursos financieros y económicos, se refiere al aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país durante un período de tiempo prolongado.

Inflación: un vistazo detallado

En México, la inflación se mide principalmente a través del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), que evalúa la variación en los costos de una canasta representativa de bienes y servicios consumidos por la población. Cuando se dice que la inflación es del, por ejemplo, 5%, significa que, en promedio, esos bienes y servicios han aumentado un 5% en precio.

Diferenciando inflación adyacente y subyacente

La inflación no es un fenómeno uniforme; de hecho, se divide en varias categorías. Dos términos que a menudo se encuentran en las discusiones económicas son la inflación adyacente y la inflación subyacente.

Inflación adyacente:

Se refiere al aumento en los precios de bienes y servicios, excluyendo los productos agropecuarios y energéticos.
La idea es aislar elementos volátiles que podrían distorsionar la percepción real de la inflación general.
Ejemplo: si los precios de los alimentos aumentan repentinamente debido a condiciones climáticas adversas, la inflación adyacente puede ofrecer una visión más clara de la tendencia subyacente al eliminar estos elementos volátiles.

Inflación subyacente:

Se enfoca aún más, excluyendo no solo alimentos y energéticos, sino también algunos bienes y servicios con precios particularmente volátiles.
Su objetivo es proporcionar una medida aún más estable y predecible de la inflación general.
Ejemplo: si hay fluctuaciones extremas en los precios de la gasolina, la inflación subyacente no se verá afectada, ya que no considera esos cambios.

Ejemplo práctico:

Supongamos que la inflación total en México es del 6%, pero la inflación adyacente es solo del 4% y la inflación subyacente es del 3%. Esto podría interpretarse de la siguiente manera: aunque hay presiones inflacionarias generales, excluyendo ciertos componentes volátiles, la inflación es más moderada. Esto permite a los economistas y responsables políticos ajustar estrategias de manera más precisa.

La comprensión de estos términos no solo es crucial para los expertos económicos, sino también para el ciudadano común. La inflación impacta el poder adquisitivo y, por ende, la calidad de vida. Tener una percepción clara, diferenciando entre inflación adyacente y subyacente, facilita una toma de decisiones más informada en el ámbito financiero.

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