En México, las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) dependen bastante del apoyo financiero externo. Para poder financiar su crecimiento y mantenerse a flote en un mercado altamente competitivo, acceder a fuentes de financiamiento es una necesidad. Sin embargo, es fundamental encontrar soluciones inteligentes, como el leasing.
¿Por qué el leasing es conveniente para las PyMEs?
En esta modalidad de financiamiento, la empresa no compra los activos productivos. Lo que hace es solicitar a una entidad financiera que los adquiera y le ceda el derecho a usarlos durante un tiempo determinado, a cambio del pago de una renta mensual. Al vencer el contrato, pueden renovarlo, devolver los bienes o comprarlos a su valor de mercado.
Estas características se traducen en una serie de ventajas específicas muy valiosas para las PyMEs, que a menudo tienen restricciones en su capacidad de inversión. A continuación detallamos dichos beneficios.
1. No hay riesgo de obsolescencia y depreciación de los activos
El riesgo de la obsolescencia y depreciación de los activos es absorbido por la entidad financiera que otorga el leasing, propietaria de los bienes. Este beneficio representa un gran valor para las PyMEs, pues elimina la preocupación por la devaluación del equipo a lo largo del tiempo y asegura que no se verán afectadas por la rápida obsolescencia tecnológica, manteniendo así su competitividad frente a las cambiantes demandas del mercado.
2. Flexibilidad en las formas de pago
Al no tratarse de un producto estrictamente crediticio, el leasing suele proporcionar flexibilidad en lo que respecta a formas de pago. Se puede pactarlos en cuotas mensuales o trimestrales, así como pagos fijos, escalonados o estacionales.
3. Diversidad de activos
Bajo esta modalidad de financiamiento, se puede acceder a activos nuevos o usados, abarcando maquinaria, equipos, mobiliario, tecnología, transporte, entre otros. La única condición es que la empresa los utilice para el desarrollo de su actividad productiva.
4. Conservación de capital
El desembolso de grandes sumas de capital suele ser uno de los mayores inconvenientes que tiene una PyME para acceder a activos productivos. El leasing elimina la necesidad de grandes desembolsos iniciales. Al tratarse de un arrendamiento, las empresas solo debe preocuparse por pagar las rentas periódicas, destinando los recursos a cubrir otras necesidades del negocio.
5. Fácil actualización y renovación
Con el creciente desarrollo tecnológico y competitividad de los mercados, los activos productivos deben ser renovados continuamente. De lo contrario, es complicado mantener la productividad, la eficiencia y la calidad del producto o servicio que comercia la empresa.
Esas renovaciones y actualizaciones pueden ser bastante costosas. Con el leasing, se puede realizarlas con facilidad al finalizar el contrato, asegurando que siempre se cuente con activos de vanguardia.
6. Deducibilidad fiscal
El leasing ofrece algunos beneficios fiscales a las PyMEs. Entre estos destaca la posibilidad de considerar las rentas pagadas durante el arrendamiento como gastos deducibles, reduciendo así su carga impositiva del Impuesto Sobre la Renta.
En resumen, a la hora de adquirir maquinaria, equipos y vehículos, entre otros activos productivos, el leasing es una de las alternativas que mejor se adapta a las necesidades específicas de las PyMEs. Así, pueden impulsar su crecimiento empresarial sin comprometer su capital, ofreciendo flexibilidad y ventajas fiscales.