La cantante colombiana llegó a un acuerdo para pagar una multa y así evitar la cárcel
La cantante, Shakira, logró esquivar un prolongado proceso judicial por fraude fiscal en España al llegar a un acuerdo de última hora con la Fiscalía. El pacto implica el compromiso de la artista de abonar una multa total cercana a los 8 millones de euros, incluyendo una indemnización que evita su encarcelamiento.
Shakira Isabel Mebarak Ripoll, vestida con un traje rosa y grandes gafas de sol, llegó a la Audiencia de Barcelona poco antes de las 09:00 horas para enfrentar los cargos que durante casi cinco años había negado. Frente al tribunal, Shakira reconoció su culpabilidad en los seis cargos relacionados con no pagar al fisco español aproximadamente 14.5 millones de euros entre 2012 y 2014.
La ganadora de múltiples premios Grammy saludó a sus seguidores congregados fuera de la corte antes de ingresar. Durante la breve sesión, aceptó una pena total de tres años de prisión, suspendida mediante el pago de una sanción económica y una multa que asciende a más de 7.3 millones de euros, el 50% del total del fraude, según los términos del acuerdo.
La sentencia, emitida en tan solo ocho minutos, incluye la condena a tres años de prisión, que queda en suspenso con el pago de 432 mil euros, totalizando cerca de 7.8 millones de euros que Shakira deberá abonar como parte del acuerdo.
Miriam Company, abogada de la cantante, declaró a la prensa que la decisión fue difícil pero bien considerada. “El equipo jurídico confiábamos que teníamos muy preparado el juicio y estábamos convencidos que podríamos demostrar su inocencia, pero las circunstancias han cambiado y la señora Mebarak ha optado por aceptar este acuerdo”.
Shakira, quien ya ha abonado 17.2 millones de euros al fisco español para regularizar su situación, evita así un extenso proceso judicial que habría explorado aspectos de su vida en la ciudad donde residió junto al ex futbolista Gerard Piqué antes de su reciente separación.
En un comunicado, la artista explicó que su decisión de admitir su culpabilidad buscó proteger su carrera y la de sus hijos, evitando “años” de proceso judicial. “Tenía dos opciones: seguir peleando hasta el final, hipotecando mi tranquilidad y la de mis hijos, dejar de hacer canciones, álbumes y giras, sin poder disfrutar de mi carrera y las cosas que me gustan, o pactar, cerrar y dejar atrás este capítulo de mi vida mirando hacia adelante”, finalizó.
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