Algunas empresas llevan más de 2 meses esperando turno para tramitar su alta en el RFC, lo que les impide iniciar la actividad de sus negocios.
En Nuevo León, algunos emprendedoras han reportado que por falta de citas presenciales en las oficinas del Servicio de Administración Tributaria (SAT) no han podido realizar su trámite en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC), lo que les ha dificultado la apertura de sus negocios.
Gilberto Treviño Cárdenas, socio director del despacho jurídico Práctica Legal y Fiscal, informó a Reforma que las firmas de contadores o abogados nuevoleoneses tienen de 3 a 10 casos de empresas que llevan más de 2 meses esperando turno para tramitar su alta, lo que les impide iniciar la actividad de sus negocios.
“En paralelo, varios despachos de abogados y contadores aseguran que volvió la venta de citas presenciales ante el SAT con el cobro de ‘cuotas’ de entre 4 mil y 6 mil pesos”, dijo al diario.
Asimismo, dijo que hay un caso de una empresa que ocupaba el lugar 54 de un total de 389 solicitudes de cita. Se trata de una persona moral que está en espera desde el 19 de mayo. Sin embargo, señaló que la autoridad fiscal cada semana recorre en la fila virtual entre cinco y 10 lugares.
Por otro lado, firma consultora Fiscalia advirtió que las empresas deberán avisar con un mes de anticipación al fisco la posibilidad de disminuir los pagos provisionales que realizan en el Impuesto Sobre la Renta (ISR) para algunos meses del segundo semestre.
Como reportamos, los trámites que requieren citas en el SAT han afectado a los contribuyentes que desean realizarlos debido a la escasez de espacios en las oficinas del fisco.
De acuerdo con Forbes México, las citas se consiguen en un promedio de 30 días, aunque si se trata de trámites muy demandados el tiempo de espera puede ser hasta dos meses, lo que puede propiciar el incumplimiento de obligaciones fiscales.
Recientemente, Laura Grajeda Trejo, presidenta del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCO), señaló que la falta de citas disponibles en el SAT también está generando pérdidas económicas en las empresas y riesgos en su operación.