el Contribuyente

6 cosas que sí van a cambiar, tal vez para siempre, tras la pandemia

¿Cómo será la post-nueva normalidad (ese momento, que pensamos feliz y liberador, cuando la pandemia haya terminado)? No será igual a como eran antes las cosas.

Con el programa de vacunación que fue dado a conocer ayer por el gobierno, parece que para mediados de 2021, la pandemia estará bastante controlada. Aclaremos que las matemáticas no cuadran: con sólo 8 mil vacunas diarias, como prometen, la campaña tendría que durar 43 años para abarcar a toda la población mexicana. Pero imaginemos que todo ocurre de acuerdo a lo previsto y con eso baste para detener la pandemia. Cuando se levante la cuarentena, ¿en verdad volveremos a la normalidad pre COVID-19, o habrá cosas que ya no regresarán jamás?

Todo lo que a continuación expondré es meramente especulativo, pero estará basado en tendencias que ahora ya se están gestando. La cultura humana siempre es cambiante y jamás ha retrocedido al estado inicial.

Tras las dos guerras mundiales del siglo pasado, por ejemplo, la reconstrucción implicó una refundación de la sociedad. En ambos casos, hubo una preguerra y una postguerra, con un alto contraste entre ambos periodos. Sobre todo, entre el antes y el después de la primera guerra mundial, el contraste se vio acentuado porque estuvo acompañado de la epidemia de la influenza de 1918 que segó la vida de 50 millones de personas: 10 millones de muertes más que las muertes del propio conflicto armado, y unas 10 veces mayor a las proyecciones más pesimistas de mortalidad total global de la actual pandemia, que al día de hoy se calcula se acercarán a los 4 millones de muertos para abril de 2021.

Si bien la destrucción ocasionada por la actual epidemia de coronavirus no puede equipararse al infierno de ninguna guerra, esta pandemia actual implicó, por momentos, el cierre total de la economía global (algo que no ocurrió con las guerras mundiales). Las consecuencias de ese freno se prevé que en México se extenderán al menos por los próximos cinco años, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional publicadas en junio pasado.

Más allá de los daños económicos y la consecuente recuperación, las interacciones sociales también se han visto dañadas, posiblemente con los efectos duraderos de un cambio cultural. La pandemia trajo en última instancia, un cambio en las narrativas de cómo entendíamos la vida antes de la pandemia y como la entenderemos en el porvenir.

Hay que destacar que casi todas estas tendencias ya estaban en franco crecimiento antes de la cuarentena; simplemente que el encierro global las reforzó a un grado que no se preveía anteriormente.

1. La polarización social continuará y se hará más violenta

La primera consecuencia es económica. El freno al comercio y a la movilidad ha representado un descenso a la pobreza para 150 millones de personas, según cifras del Banco Mundial. Esto traerá aparejadas otras consecuencias de carácter político y social, marcadas por una más acusada desigualdad económica. No resultaría extraordinario el surgimiento de nuevas figuras políticas que fundamenten su popularidad en la frustración de los votantes. En Estados Unidos, el trumpismo una vez derrotado en las elecciones, seguirá su camino hacia la radicalización y el resentimiento. En México, el lopezobradorismo se multiplicará en más políticos inmediatistas que capitalizarán con el aumento en las desigualdades económicas. A su vez, seguirá aumentando la economía informal, con un aumento correlativo en el incremento de las delincuencias organizada, y la individual.

2. La agonía del cine como lo conocemos

El cine no volverá a ser como fue antes de todo esto. Ya experimentaba un proceso de cambio incentivado por los servicios de streaming. De unos años a la fecha, las películas tenían que ser ante todo un espectáculo para convencer a las audiencias de salir de casa y pagar un boleto para una sala de cine. Ahora, la pandemia también aceleró la migración hacia las pantallas caseras. En la semana previa, los estudios Warner Brothers, propiedad de la empresa de telecomunicaciones AT&T, anunciaron que sus próximos estrenos serían simultáneos a su aparición en la plataforma digital HBO Max (también perteneciente a AT&T). El diagnóstico: es una tendencia imparable. Poco a poco las salas (y la industria tradicional) tendrán que ofrecer otra cosa para ajustarse a la nueva realidad del mercado… o desaparecer.

3. La entronización del comercio en línea y el abandono de cadenas comerciales

El cierre de Best Buy en México en días pasados, fue la cara visible de la tendencia de sustituir el comercio presencial con el virtual, tendencia que se vio acentuada con la cuarentena. Cuando se reabran las tiendas a su capacidad anterior, la gente volverá a comprar en las tiendas, pero lo hará en una proporción menor, y con mayor enfoque en cierto tipo de mercancías, luego de conocer las ventajas que ofrece el comercio en línea.

4. La permanencia del home office y el cambio en las dinámicas familiares

No todos los empleados querrán volver a sus cubículos en la misma proporción que antes una vez que se levanten las medidas sanitarias. Del mismo modo, muchos empleadores habrán reconocido los ahorros del trabajo en casa, de modo que en muchos casos desincentivarán la vuelta a las oficinas. Esto ya ha traído consecuencias al interior de las familias, entre ellos el aumento en los divorcios y el incremento en la violencia intrafamiliar. 

5. La validación de la educación en línea

Las clases virtuales tienen serias desventajas a nivel didáctico sobre las presenciales; sin embargo también permiten una movilidad impensable de otra manera. Desde tu casa puedes estudiar en una universidad del extranjero sin asumir los costos de la estancia en otro país. La pandemia abrió un mercado de cursos a distancia que apenas se vislumbraba. Aquí hablaré desde mi propia experiencia como docente. Extraño la convivencia directa con los alumnos y pienso que perorar como locutor de radio no es lo más pedagógico que existe. Por otro lado, las limitaciones del medio digital me han obligado a diseñar mejor mis cursos en línea. Ahora se componen de láminas mucho mejor diseñadas y contundentes. No sé, pienso que ahora mis cursos son mejores que antes de la pandemia.

6. El daño a la vida social y el regreso a la extroversión

Cuando todo se reabra vendrá un rebote: querremos ver a todo mundo indiscriminadamente, y abrazarlos y pasar horas juntos. Muchas familias y grupos de amistades cargarán con el recuerdo y la culpa, hacia las personas que perdieron la batalla contra la enfermedad. Pero también es posible que también hayamos descubierto las bondades de la vida interior. Muchos introvertidos en verdad nos la hemos pasado mucho mejor en cuarentena, gracias al aislamiento impuesto, que antes, cuando teníamos obligación de socializar. Y escribo esto y me pregunto si no me habré vuelto un ermitaño sin remedio.

 

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Felipe Soto Viterbo (Twitter: @felpas) es novelista, editor, consultor narrativo en El Contribuyente, y Goula. También es director de Etla, despacho de narrativa estratégica.

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