Viridiana Ríos, analista política y doctora en gobierno por la Universidad de Harvard, indicó que los incentivos fiscales para la frontera sur tienen dos aspectos negativos indirectos.
En su conferencia mañanera del 27 de noviembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que llevarán a la frontera sur los mismos estímulos fiscales de la frontera norte que, por su parte, extendieron hasta 2024.
Estímulos fiscales para la frontera sur
López Obrador dio a conocer que 22 municipios fronterizos de Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo serán los beneficiados. Entre los estímulos que tendrán se encuentran los siguientes:
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Se reducirá el ISR a 20%.
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El IVA pasará de 16% a 8%.
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Se homologarán los precios de combustibles.
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El salario mínimo en estos municipios se elevará al doble.
Además, Chetumal va a volver a ser una zona franca, libre de impuestos de importación. Es decir, no se va a cobrar impuesto por la importación, por lo que llegarán mercancías a muy bajo precio.
Estos cambios entrarán en vigor el 1 de enero de 2021 y estarán vigentes hasta 2024. Se trata de un mecanismo con el que se buscará detonar la actividad económica en la zona con más pobreza en el país.
Pero en el caso de la frontera sur de México, nada indica que la razón por la que no hay suficiente inversión es el marco fiscal. Así lo señala Viridiana Ríos, analista política y doctora en gobierno por la Universidad de Harvard, en un texto publicado por Expansión.
Razones por las que la frontera sur no se ha desarrollado
La especialista indicó que las razones por las que la frontera sur no se ha desarrollado son una combinación de los siguientes factores:
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Falta de infraestructura comercial que comunique la zona sur con el resto del país.
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La enorme incertidumbre que todavía existe en algunas áreas sobre la tenencia de la tierra.
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Una ausencia de mercado doméstico debido a la ausencia de una clase media sólida.
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Falta de capital humano de alta calidad y de acceso al crédito.
Los estímulos fiscales no sirven para aumentar el crecimiento económico
Viridiana Ríos expuso que la literatura más reciente en el tema ha encontrado una y otra vez que los incentivos fiscales no sirven para aumentar el crecimiento económico o para aumentar de manera significativa la inversión, como lo señalan Cailin Slattery and Owen Zidar en su ensayo Evaluating State and Local Business Incentives. Pero señaló que para lo que sí sirven es para aumentar los votos de los políticos que los implementan. Es decir, es una medida clientelar para las grandes empresas.
Aspectos negativos de los estímulos fiscales para la frontera sur
Además, la analista política consideró que los incentivos fiscales para la frontera sur tienen dos aspectos negativos indirectos:
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Primero, crean desigualdad. Los incentivos tienden a beneficiar más a las grandes empresas con mucha utilidad, pues son éstas las que, de por sí, pagan más impuestos. Esto significa que las medidas tienden a crear desigualdad pues le facilitan el camino a las empresas que ya tienen más utilidad y no a las pequeñas, que son quienes deberían ser incentivadas a entrar al mercado.
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Segundo, apoyan a los de siempre a costa del resto. Los incentivos planeados para Chetumal crean un subsidio indirecto a la industria exportadora, pero no apoyan a otras industrias o a la industria doméstica. Otra vez, se apuesta a darle incentivos a los que siempre han sido prioridad (exportadores) y no a las empresas mexicanas pequeñas que son parte de la cadena de valor aún si ellas mismas no exportan.
Por eso, la especialista indicó que en lugar de los incentivos sería mejor que se cobren los impuestos y se invierta más en infraestructura y servicios de calidad. “Eso sí sería un avance”, expresó.
– Con información publicada en Expansión
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