Al no poder darse de baja del RFC por la saturación del fisco, varias empresas deben declarar en ceros.
Desde hace meses, la saturación dentro del Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha hecho que sea casi imposible darse de baja del registro federal de contribuyentes (RFC) para cerrar empresas.
La oferta de citas presenciales ha caído dramáticamente por la pandemia. Actualmente, conseguirlas es casi imposible. Obviamente, esto pone a los contribuyentes en incumplimiento de sus obligaciones.
Al parecer, el problema principal es que, para darse de baja del RFC, se necesita la firma electrónica. En muchos casos, la firma de varias empresas ya se venció. Para renovarla se requiere un trámite presencial en las oficinas del SAT.
Empresas en el limbo
Esta situación hace que las empresas que ya se disolvieron mercantilmente sigan existiendo fiscalmente. En entrevista con Reforma, Pedro Raúl Lara García, director del despacho PRL y Asociados, dijo que estas empresas en el limbo siguen generando gastos en contadores, abogados y accionistas mientras esperan que el SAT autorice su baja del RFC. Mientras tanto, la empresa sigue presentando declaraciones en ceros.
Cuando un contribuyente no tiene ingresos, debe hacer una declaración en ceros, lo que ampara que no tenga que pagar impuestos correspondientes a dicho ejercicio.
De acuerdo con el especialista, esta situación no se puede sustentar jurídicamente. Esto porque disolver una sociedad es un acto mercantil, pero no fiscal; es decir, la empresa no tiene que esperar ninguna autorización del SAT, solamente deben avisarle sobre la disolución. Además, la Ley General de Sociedades Mercantiles no dice nada sobre una autorización fiscal para disolver una sociedad.
Actualmente, debido a los efectos económicos de la pandemia, varias empresas han tenido que cerrar. Esto sumado a la falta de citas del SAT ocasiona una proliferación de este tipo de empresas.
Con información de Reforma
https://www.reforma.com/desata-sat-invasion-de-empresas-zombis/
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