Las empresas factureras se dedican a emitir comprobantes fiscales que amparan operaciones que no existen. Los comprobantes se usan para pagar menos impuestos e incluso lavar dinero.
El día de hoy, en la conferencia mañanera del presidente, Andrés Manuel López Obrador, la jefa del SAT, Raquel Buenrostro, hizo una descripción del modus operandi de las empresas factureras.
Estas empresas se dedican a emitir comprobantes fiscales que amparan actividades inexistentes, para las cuales comúnmente la empresa emisora no cuenta con la infraestructura o personal para realizar la actividad. Con estos comprobantes, que adquieren pagando una comisión a la facturera, pueden disminuir sus utilidades y, por ende, pagar menos impuestos. Sin embargo, Buenrostro explica que muchas veces las factureras emiten los comprobantes para lavar dinero; es decir, para pagar actividades ilegales como tráfico de drogas, extorsión, sobornos o trata de personas simulan el pago de otros bienes y servicios mediante los comprobantes.
“Nosotros hemos encontrado diferentes empresas factureras. Algunas que simplemente se dedican a aumentar falsamente los gastos con servicios o bienes inexistentes, pero muchas veces estas empresas vinculadas con las dos actividades. O sea no solamente inventan facturas de gastos falsos, sino también llevan facturas para encubrir o disfrazar gastos y pagos ilícitos”, dijo la funcionaria.
Las empresas factureras, dice Buenrostro, normalmente nunca pagan ningún tipo de impuesto. Esto a pesar de que al generar los comprobantes fiscales adquieren la obligación de hacerlo.
“Normalmente la empresa facturera nunca paga contribuciones, es difícil de localizar, no tienen empleados y generalmente no se localiza. Entonces cuando nosotros queremos llegar a fiscalizar, pues llegamos a donde hay un terreno baldío, hay un departamento de interés social o simplemente la dirección no existe”, explica. Esto es a lo que popularmente se conoce como una empresa fantasma.
La jefa del SAT argumenta que es difícil detectar estas operaciones simuladas por la naturaleza del bien o servicio prestado. Por ejemplo, para verificar el número de varillas que tiene una columna, tendrían que romperla. Tampoco es sencillo saber cuántas capas de pintura ha recibido un edificio a lo largo de los años o el número de servicios mecánicos que recibió un auto.
“Al principio, la incidencia estaba en temas de comercio al mayoreo, construcción, comercio al menudeo e industrias manufactureras. A medida que pasa el tiempo nos hemos dado cuenta que la tendencia es que se va al área de servicios, porque los servicios son más difíciles de comprobar”, dice.
La funcionaria expuso que usualmente la venta de facturas se hace a través de despachos jurídicos y contables cuando se trata de empresas muy grandes, que crean empresas exclusivamente para la emisión de facturas. La empresa se vuelve un socio comercial que ofrece servicios que no existen. Algunos grupos corporativos incluso crean empresas dentro de su grupo cuya única finalidad es la emisión de facturas. A los contribuyentes pequeños los asesores contables les ofrecen estos servicios.
“Incluso se ofrecen puerta por puerta. O sea van a las áreas, a los locales, o con el profesionista, con el médico y le dicen, oye, pues te ofrezco una factura, y te la vendo”, dijo.
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