No importa el ramo en el que estés y si vuelves pronto a las calles o no, es importante hacer estos pequeños cambios en tu rutina diaria y tener una nueva normalidad satisfactoria.
El semáforo sanitario sigue estando en rojo y la cuarentena (que ya está es una noventena) se ha extendido hasta mediados del mes de junio. Mientras tanto, la nueva normalidad establece que la reapertura de las actividades deberá realizarse de una manera gradual, ordenada y cauta; y que para su preparación deberán seguirse protocolos sanitarios.
La gente que ha tenido que salir ya nota un cambio sustancial en el movimiento en las calles desde esta semana. De igual manera, las conversaciones en LinkedIn han cambiado de cómo ser productivos en la cuarentena a comenzar a fijar nuevas estrategias de negocio (además de molestos mensajes intrusivos de gente que ni te conoce queriendo venderte lo que sea sin conocer tus necesidades y mucho menos generar una relación).
Esta “nueva normalidad” nos trae cambios interesantes en la manera en la que se están haciendo los negocios. Por ejemplo, Twitter permitirá a sus empleados trabajar desde casa para siempre, aunque terminen las restricciones por COVID-19. A esa red social se han sumado varias empresas más que han encontrado en esta pandemia la oportunidad de darle una victoria importante al home office.
Si con el trabajo desde casa el ritmo se ha mantenido, los resultados han sido óptimos y los empleados funcionan bien de esta manera, no hay necesidad para volver a lo anterior. Además, las compañías ahorran considerablemente en oficina, suministros y traslados. Los empleados evitan estar atorados horas en el tráfico y los tiempos muertos en oficina desaparecen. En términos de medioambiente, se reduce la polución local.
Por supuesto, en nuestro país es desventajoso estar siempre en casa con una computadora y acceso a internet. Como las barreras del tiempo laboral desaparecieron, hay ciertos jefes que se ensañan y no dejan a sus empleados hacer la tan necesaria separación de los tiempos personales y laborales.
Para los vendedores, esta nueva normalidad ha traído días muy agotadores. El tiempo que se usaba para traslados servía como válvula de escape para el vendedor tradicional cuando hacía sus llamadas y lo distraía con otros paisajes. Ahora es reunión tras reunión y el desgaste es mayor. El perfil comercial está acostumbrado a la calle, no a estar encerrado en cuatro paredes. El reto aquí es mayor y me parecen pertinentes estos tres consejos:
1. Divide (tu agenda) y vencerás
La frase atribuida más comúnmente al emperador Julio César nos sirve aquí para hacer un llamado a los vendedores: asegúrate que tu agenda tenga las divisiones pertinentes entre citas, trabajo administrativo y descanso. Por lo general, nuestra personalidad es ambiciosa y no queremos perder ni un segundo sin generar dinero, pero es muy necesario aprender a dividir nuestras actividades para poder ser plenos en todos los aspectos.
2. Reuniones de no más de 30 minutos
Aprovecha que ya no estás perdiendo el tiempo en diferentes recepciones de oficinas. Sé concreto y enfócate en la necesidad específica de tu prospecto. Esto ayudará no solo a la productividad sino también a la manera en que tu prospecto te ve y cómo te toman en serio cuando no le das tanta vuelta y les das soluciones claras y rápidas.
3. Sácale provecho a tu CRM
Un tema que toco recurrentemente en esta columna es la importancia de tener y usar de manera inteligente un CRM (Customer Relationship Management, o sistema de gestión de la relación con los clientes). Es el mejor aliado de la productividad estés donde estés. Si dominas esta herramienta podrás vender más en menos tiempo y aún te quedará un buen rato para descansar y disfrutar de los tuyos.
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