¿Qué es el trabajo digno según la ley mexicana?
El trabajo digno esta amparado por la Constitución y por la Ley Federal del Trabajo, pero en la práctica muy pocos gozan de este derecho.
Se supone que en México “toda persona tiene derecho al trabajo útil socialmente digno y socialmente útil”. Así lo dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 123. En seguida, señala que es obligación del gobierno a promover la creación de empleos y la organización social de trabajo conforme a la ley.
Derivada de la Carta Magna, la Ley Federal del Trabajo (LFT) define en su segundo artículo al trabajo digno como “aquél en el que se respeta plenamente la dignidad humana del trabajador; no existe discriminación por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición social, condiciones de salud, religión, condición migratoria, opiniones, preferencias sexuales o estado civil; se tiene acceso a la seguridad social y se percibe un salario remunerador”.
Asimismo, se establece que los trabajadores deben recibir capacitación continua para que incrementen su productividad. De igual manera, se obliga al empleador a que los centros de trabajo se encuentren en condiciones óptimas de seguridad e higiene para prevenir riesgos de trabajo, entre otras cosas.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), que es un organismo especializado de la ONU, en cambio, usa el término ‘trabajo decente’, que engloba las aspiraciones de las personas durante su vida laboral. Tiene que ver con la oportunidad de tener acceso a un empleo productivo que genere ingreso justo, seguridad en el lugar de trabajo, y protección social para las familias.
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En este sentido, el trabajo decente ve por mejorar las perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas, y la igualdad de oportunidades y trato para todos.
Si bien el derecho al trabajo digno se encuentra amparado en la ley, la realidad es otra no sólo en México sino en el mundo entero. La Organización de las Naciones Unidas indica que casi la mitad de la población del planeta vive diariamente con el equivalente a unos dos dólares americanos, y que disponer de un empleo no implica no vivir en la pobreza porque el hecho de tener uno no necesariamente te hace ganar los suficiente para escapar de esta situación.
De igual manera, esta organización reportó que hasta 2016, el 61% de los trabajadores tenía un empleo no regulado. Si excluimos al sector agrícola, el 51% de todos los trabajadores se incluyeron en esta categoría de empleo. Además registró que la brecha salarial sigue vigente: los hombres ganan 12.5% más que las mujeres en 40 de los 45 países de los que se tienen datos.
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