La medida tendría la finalidad de aumentar la recaudación en un contexto de desaceleración económica.
El día de ayer, la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, publicó un boletín en el que vuelve a tocar la propuesta de incrementar el IEPS. La propuesta no es nueva; el presidente de tal comisión Alfonso Ramírez Cuéllar lleva meses acariciando la idea. Sin embargo, la cercanía de la salida del Paquete Económico de 2020 reavivó la discusión.
Una de las propuestas es incrementar el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) pagado sobre tabaco, alcohol, bebidas azucaradas y alimentos no esenciales altos en calorías. Es decir, no se plantea incrementar el impuesto a otros productos también gravados, como la gasolina.
La finalidad del impuesto es inhibir el consumo de estos productos, pues son dañinos para la salud. Además, por ende, su consumo implica un cargo al erario público, por gasto destinado a combatir el sobrepeso, y enfermedades como la diabetes o el cáncer.
¿Por qué de repente se requieren más recursos?
La semana pasada más de uno esperó con ansias la estimación oportuna de crecimiento del producto interno bruto (PIB). El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) informó que la economía creció un 0.1%. Si bien este dato permite descartar una recesión técnica de momento (el Inegi publicará el dato definitivo a finales de mes), la desaceleración es clara.
Aunado a lo anterior, Pemex, la empresa petrolera del gobierno mexicano, aportará menos recursos como parte de un plan para rescatarla. Así, el gobierno mexicano enfrenta el reto de incrementar sus ingresos en un contexto de desaceleración económica. Además deberá subsanar el boquete fiscal dejado por Pemex, estimado en unos 128 mil millones de pesos.
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