En la prensa política, desde hace meses se habla del malestar de Carlos Urzúa con ciertos personajes del gobierno.
El día de hoy Carlos Urzúa anunció su renuncia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mediante una carta. En ésta hizo serias acusaciones al gobierno. Podemos resumirlas fundamentalmente en dos puntos: 1) tomar decisiones de política pública sin sustento y 2) la imposición de funcionarios sin conocimiento de la Hacienda Pública.
Intentamos poner nombre y cara a las declaraciones de Carlos Urzúa, que apuntan a algún tipo de intriga palaciega. Para ello rastreamos lo que la prensa política ha publicado al respecto los últimos meses. Si bien los periodistas citados alegan haber recibido la información a través de fuentes confiables, nada de esto, sobra decir, es verificable para nosotros.
Alfonso Romo
En su columna del 7 de mayo, el periodista Raymundo Riva Palacio aseguró que el jefe de la Oficina de la Presidencia, había presentado su renuncia al presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Esto, según el periodista, se debió a “maltratos” por parte del mandatario. Riva Palacio destaca el episodio en que Romo aseguró que el aeropuerto de Texcoco no sería cancelado a pesar de la consulta. El aeropuerto, se sabe, lleva meses parado.
También menciona un creciente conflicto entre Romo y el todavía secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, en el que el presidente no había intervenido. En su columna del día siguiente, Riva Palacio asegura que Romo quería como secretario de Hacienda a otra persona, pero AMLO nombró a Carlos Urzúa. También dice que Romo interfirió para colocar a personas leales a él en algunos organismos descentralizados. Ejemplo de esto es Eugenio Nájera, quien estuvo al frente de Nacional Financiera. De quien también se ha dicho que es cercana al jefe de la Oficina de la Presidencia es Margarita Ríos-Farjat, la jefa del SAT. Sin embargo, escribe Riva Palacio el 8 de mayo, Romo pretendió renunciar en ese entonces precisamente porque el presidente decidió respaldar al secretario sobre de él.
Según una versión recogida por el diario Vanguardia el 6 de mayo, Carlos Urzúa aconsejó a AMLO ser cauto con las proyecciones económicas del país. Sin embargo, Alfonso Romo, basado en las manifestaciones de apoyo del sector empresarial, convenció al presidente de elevar a 2% la meta de crecimiento económico. Un mes antes la Secretaría de Hacienda, de la que Urzúa era titular, recortó las expectativas de crecimiento para 2019.
Rocío Nahle
De acuerdo al periodista Mario Maldonado, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, es considerada por los primeros cuadros de Hacienda como “una funcionaria obstinada que, de estar en sus manos las decisiones del sector, pondría en riesgo las finanzas públicas del país sin siquiera reparar en la gravedad de ello”. El columnista relata que el plan de negocios de Pemex que se presentará esta semana “terminó por colmar la paciencia de Urzúa” y el presumiblemente próximo secretario de Hacienda, Arturo Herrera.
¿La razón? Que según una fuente de Hacienda consultada, el borrador del director de Finanzas de Pemez, Alberto Velásquez, y aprobado por Nahle, “era poco menos que desastrozo y presagiaba nuevos recortes a la calificación crediticia de Pemex y muy probablemente de México”.
El periodista dice que en entrevista Herrera le dijo que lo más importante para Pemex era revertir la caída en la producción y conseguir financiamiento para llevar a cabo estas actividades. Según la misma fuente de Hacienda, el borrador no cumplía con ninguna de estas dos cosas.
A lo anterior podría referirse Urzúa cuando en su carta habla de que el gobierno ha tomado decisiones de política pública sin sustento y que personajes influyentes del gobierno han impuesto funcionarios.
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