Cultura donó decenas de millones de pesos a fundaciones priistas, pero a cambio recibió obras mal hechas, costos inflados, firmas falsas.
Donativos millonarios de la Secretaría de Cultura se derrocharon en obras fantasma.
Durante el penúltimo año del gobierno de Enrique Peña Nieto, la dependencia entregó 10.5 millones de pesos a dos fundaciones priistaspara restaurar las fuentes históricas de la ciudad de Guanajuato y siete altares de una iglesia en el municipio de Yuriria. Sin embargo, los trabajos presentaron serias deficiencias y, en el caso de los altares, su “restauración” consistió en limpiarlos y retocarlos con pintura dorada.
Así lo revela una investigación de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a los donativos y apoyos que la Secretaría de Cultura otorgó a organizaciones no gubernamentales (ONG) durante 2017. En ese año, estaba al frente de la dependencia María Cristina García Cepeda.
Las organizaciones en cuestión son Fundación Organizados para Servir y Fundación Juan José de los Reyes Martínez El Pípila.
En la primera aparece como socio Gerardo Sánchez García, quien durante el sexenio pasado fue senador y candidato del PRI a la gubernatura del estado de Guanajuato. Con él son socios también su esposa Leticia Elizabeth García Morales y su hermano Amador Sánchez García, además de otros priistas guanajuatenses como David Mercado Ruiz, diputado federal entre 2015 y 2018, y María Elena Cano Ayala, diputada federal entre 2012 y 2015.
Fundación Organizados para Servir es también una de las ONG que más se beneficiaron de donativos federales durante el gobierno de Peña Nieto, reveló mexico.com, como parte de un reportaje que detalla tranzas en las que se perdieron millones donados por Cultura, como los festivales fantasma.
La otra organización, Fundación El Pípila, tiene como socios al empresario Guillermo Nieto Almeida, al diputado priista José Huerta Aboytes y al exrector de la Universidad de Guanajuato (UG), Luis Felipe Sánchez Hernández, personajes cercanos a Sánchez García.
Luis Felipe Sánchez incluso fue el presidente de la Comisión Estatal de Procesos Internos del PRI que declaró al exsenador como precandidato único de ese partido a la gubernatura de Guanajuato en 2018.
Esta es la segunda entrega de los hallazgos encontrados en la auditoría 280-DS en torno a los recursos públicos que la Secretaría de Cultura entregó a distintas ONG en el penúltimo año de gobierno de Peña Nieto.
Una manita de gato
El órgano fiscalizador revisó el proyecto “Restauración Integral de Fuentes Históricas de la Ciudad de Guanajuato” encargado a Fundación Organizados para Servir, de la que el priísta Gerardo Sánchez García es socio.
De acuerdo con la revisión de la ASF, los trabajos se hicieron con deficiencias severas e incluso la restauración de una de las fuentes no se realizó conforme al proyecto, según reportó el Coordinador Nacional de Recursos Financieros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Para este proyecto, la ONG recibió 3.5 millones de pesos.
Fundación El Pípila también tuvo observaciones por parte de la Auditoría.
En 2017, la Secretaría de Cultura le dio 2 millones de pesos para restaurar y conservar siete altares de cantera de la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro, en el municipio de Yuriria. Sin embargo, detectó que la fundación sólo limpió y retocó los altares “con pintura de oro fino”.
La ONG recibió además otros 5 millones de pesos para realizar dos cortometrajes y difundirlos en 100 escuelas. El problema es que los filmes no se realizaron con los recursos federales otorgados dado que estas piezas cinematográficas ya existían desde 2014 y 2016.
El órgano fiscalizador también observó que el proyecto no lo realizó esta ONG sino otra asociación civil a la que le transfirió la totalidad de los recursos mediante un contrato de donación.
Y en lo que respecta a la difusión de los cortometrajes, la fundación notificó que pagó un millón 830 mil pesos por la renta de un domo, cuando su precio real ronda los 60 mil pesos.
Para este reportaje buscamos a ambas fundaciones en los teléfonos que proporcionaron cuando se inscribieron en el Registro Federal de las Organizaciones de la Sociedad Civil, pero los números estaban equivocados, no existían o no estaban disponibles. También enviamos un cuestionario escrito a los correos electrónicos registrados ante el gobierno federal, pero nunca tuvimos respuesta.
Más anomalías
La ASF también puso bajo la lupa a Suena, México Suena, una asociación que se constituyó en febrero de 2015 y que en los últimos tres años de Peña Nieto recibió casi 60 millones de pesos en donativos federales.
El órgano fiscalizador investigó específicamente el destino de 2 millones de pesos que la ONG recibió para “promover el desarrollo de las habilidades artísticas de la población infantil y en las familias” de los municipios de Zacapu y Los Reyes, Michoacán.
La asociación se comprometió a realizar diversos talleres y entregar 250 copias de un DVD con la grabación de los mismos como prueba de que se llevaron a cabo. Para comprobar que cumplió, presentó a la Secretaría de Cultura constancias presuntamente emitidas por funcionarios del municipio de Zacapu aceptando la entrega de 100 DVD.
Sin embargo, al ser interrogados por la ASF, los funcionarios municipales desconocieron las firmas plasmadas en los oficios y negaron que hubieran solicitado o recibido algún DVD.
Y en lo que respecta a la realización de los talleres, señalaron que “un diputado federal solicitó el espacio de la Casa de la Cultura (municipal) únicamente por tres días” y que solo existió una grabación “en la que no hubo público presente”.
En entrevista telefónica, Mario Muñoz Bagnis, quien aparece como presidente de la asociación en el Registro Federal de las Organizaciones de la Sociedad Civil, desconoce las razones por las que los funcionarios hicieron tales declaraciones.
“Nosotros tenemos los oficios que ya fueron entregados a (la Secretaría de) Cultura, del que era el coordinador de la Casa de Cultura, inclusive dándonos las gracias de que hubiéramos hecho las actividades allí”, indicó.
La Auditoría descubrió algo más. A petición de la asociación civil, la Secretaría de Cultura le autorizó realizar la totalidad del proyecto en Zacapu debido a problemas de inseguridad en el municipio de Los Reyes. Lo curioso es que para ese momento la asociación ya había entregado la totalidad de la comprobación del proyecto tanto en Zacapu como en Los Reyes, indica la ASF.
De acuerdo con Muñoz Bagnis, el proyecto se tuvo que realizar en su totalidad en Zacapu sin antes obtener el permiso oficial de la Secretaría de Cultura por una cuestión de tiempo.
“Ya no había tiempo de pedir el permiso para ejecutar las cosas. Ya teníamos todo listo y si no lo ejecutábamos en esas fechas, teníamos igual que pagarle a los proveedores. Entonces el dinero se iba perder y mejor se ejecutó”, explica.
Posteriormente, dice Muñoz, cuando se entregó la comprobación del proyecto, la ONG notificó a la Secretaría de Cultura las razones del cambio y de no declararlo a tiempo. Según su versión, la dependencia “entendió las circunstancias” y les concedió el permiso extemporáneo.
Además de Muñoz Bagnis, Suena, México Suena tiene como socio a Raymundo Pérez Lancón, indican documentos oficiales. Este último fue asesor en comunicación de la priísta Ivonne Álvarez García cuando compitió por la gubernatura de Nuevo León en 2015.
Esta nota fue publicada originalmente en el portal de noticias de mexico.com.
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