¿Qué opciones tienen los vendedores cuando les falla la empresa donde laboran?
Esta es una historia escrita por un vendedor pensando en otros vendedores
Alcanzamos el fin de semana y una de las actividades que se realizan, algunos en mayor o menor medida es visitar a la familia. Sin duda uno de los temas inevitables en estas reuniones familiares siempre es el trabajo. Me ha tocado escuchar a varios familiares aconsejar y repetir hasta el cansancio cosas como: “Hay que hacer huesos viejos en una empresa.” “Busca la planta. Vete a lo seguro”. (Como si tal cosa existiera, debo añadir) Lo cierto es que las cosas ya no son como antes.
Y es que en 40 años las cosas han cambiado mucho. Hoy los trabajadores se enfrentan a una mayor inestabilidad laboral, en la cual la falta de prestaciones básicas y de ley como la seguridad social, horas extras, primas dominicales y otras más son sepultadas en el cementerio de la ignorancia de muchos trabajadores, es importante quitar el sesgo que esto sólo se da en los niveles operativos. Pasa en todos los niveles y a diferentes escalas.
Un estudio realizado por Fiorella Mancini, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, reveló que en el pasado un trabajador con 30 años de experiencia había tenido uno o dos cambios de empleo en su vida laboral, mientras que ahora un joven de 24 años podría haber tenido cinco o seis. Recientemente un colega del medio comentaba un caso muy particular que me llamó la atención y me sirvió de inspiración para esta nota, el caso fue así:
Esta persona al comenzar la entrevista notó que su candidato era muy “inestable”. La inestabilidad de las personas en lo laboral se da por diversas circunstancias. Algunas de ellas podrían ser: que sea una persona inestable en todos los aspectos de su vida, que responda a una búsqueda del trabajo que se acomode a su perfil, así como a la empresa que le permita desarrollar su potencial. Estos factores no implican inestabilidad en el sentido negativo del término, sino deseo de crecimiento.
Usualmente las empresas y los reclutadores señalan la dificultad para “comprometerse” por parte del candidato y lo asocian sin mucho pensarlo en el primer punto señalado. Sin embargo este candidato respondió más o menos de la siguiente manera:
“La mayoría de las personas buscan un trabajo dónde permanecer por mucho tiempo y eso es bueno y yo también lo quiero, pero en cada trabajo donde he estado, me prometen crecimiento y no hace falta mucho tiempo para darse cuenta que solamente son engaños para cubrir sus vacantes rápidamente. Además si le agregamos malos jefes, incentivos nulos, me siento engañado. Yo sí quiero crecer profesionalmente y no ser conformista, por eso siento la necesidad de buscar otro lugar donde sí exista y no por que sea una persona inestable, como siempre piensan”.
Si me lo preguntan a mí, después de un argumento tan convincente, le daría una oportunidad a esta persona para ser considerado un candidato serio para cubrir la vacante. ¿Qué pasa? No siempre el empleado es el malo de la película. En nuestra área sabemos que no todos los vendedores son malos, también hay empresas malas, muy malas y lejos de generar lo necesario para que sus vendedores se sientan motivados y retados se desmotivan al sentirse engañados.
Un tema común que vemos mucho en las empresas es que quieren conseguir “el motor de la compañía” a un precio muy bajo pero con una alta rentabilidad, estamos conscientes que como empresarios siempre buscamos algo así pero… debemos saber dónde buscar el precio más bajo y dónde debemos invertir el dinero que hemos ahorrado de esos precios bajos.
Estamos convencidos que conseguir al vendedor adecuado para una empresa inevitablemente es donde debemos invertir de una manera inteligente y no escatimar en destinar los recursos de la compañía, ya que pagar a un vendedor “barato” puede ser mucho más costoso que invertir un poco más para atraer a alguien que logre las ventas correctas.
Mancini explica que la inseguridad laboral forma parte de un proceso de deterioro de las condiciones y percepciones de bienestar que viven los trabajadores con los cambios que se viven en el mundo laboral. En este caso particular, si escatimamos en lo que se le debe dar al equipo, como un mal jefe, incentivos incorrectos o nulos, mentirles con la promesa de un ascenso rápido, si no se les valora como individuos con sus respectivas competencias. Nos hacemos parte del problema de la inestabilidad laboral de capital humano que vale la pena y tendemos a prejuzgar pensando que es una persona muy mala en su trabajo y que por eso no dura.
Si queremos a los mejores, ¡debemos ser los mejores! Tal vez pienses, !Mi empresa es pequeña y no puedo ofrecer mucho” o “Mi empresa es un corporativo transnacional y es imposible cambiar las políticas de la empresa”. A ti te digo: No importa tu tamaño. SIEMPRE puedes marcar una diferencia; Los incentivos no siempre son económicos en la mayoría de los casos el “salario emocional” marca una diferencia. Por ejemplo: Si tu empresa no tiene claro cómo crecer, tal vez esté empleado te pueda ayudar a desarrollar un plan de carrera. Si tu empresa tiene políticas muy estrictas que vienen del corporativo tal vez una comida a fin de mes no sea percibida, o dejar eventualmente ir temprano en viernes a la persona que llegó a sus objetivos.
Alternativas existen, lo único que tenemos que hacer es abrir nuestro criterio y ver las nuevas tendencias en cuanto a Capital Humano se refiere. Si quieres encontrar a los mejores vendedores o quieres leer más consejos y conocer acerca del desarrollo interpersonal del vendedor, no olvides visitar nuestra pagina www.vendedores.work
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