En su conferencia matutina, el presidente recibió una carta de parte de los padres de Mario Aburto, en la que le pedían reabrir la investigación. El presidente admitió la necesidad de indagar más en el caso.
El día de mañana se cumplirán 25 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien fuera candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). El candidato fue asesinado al recibir dos impactos de bala, uno en la cabeza y otro en el vientre, mientras estaba en un mitin en Tijuana, Baja California.
La versión oficial reza que Mario Aburto Martínez fue el perpetrador del asesinato. Sin embargo, ésta ha despertado no pocas suspicacias…
En su conferencia matutina del día de hoy, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), recibió de manos de Jovanny Rivera Huerta, corresponsal de Estrella TV, un canal de televisión de Los Ángeles, una carta de los padres de Mario Aburto con la petición de reabrir la investigación sobre el asesinato de Luis Donaldo Colosio.
Que esto no quede impune en caso de que se tratara de un crimen de estado.
Andrés Manuel López Obrador
El presidente dijo que turnaría la carta a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para determinar qué procede desde el punto de vista legal.
“Tiene que seguirse indagando sobre el caso”, concedió López Obrador.
AMLO relató haberse reunido con Colosio dos días antes de su asesinato en casa de una amiga en común, para cenar. El mandatario calificó el asesinato de lamentable.
“Se dice que cuando se trata de crímenes de Estado, siempre hay complicaciones para saber la verdad, pero hay que indagar, hay que insistir, que esto no quede impune en caso de que se tratara de un crimen de estado”, dijo.
Los principales contendientes de Colosio fueron Cuauhtémoc Cárdenas, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Diego Fernández de Cevallos, por el Partido Acción Nacional (PAN). Luego de su muerte, fue sustituido por Ernesto Zedillo, quien fuera secretario de Educación del gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
La periodista Laura Sánchez Ley hizo una investigación para la que entrevistó a José Luis Pérez Canchola, procurador de Derechos Humanos en el estado de Baja California en aquellos años.
Canchola fue llamado para constatar que Aburto, ya detenido, no había sido torturado durante el interrogatorio. Sin embargo, el procurador recuerda haber notado varias irregularidades.
“Yo lo vi con la vista perdida, cabizbajo; no miraba directamente a los que estaban ahí”, relata. Aburto, afirma Canchola, parecía estar sedado.
El entonces procurador también menciona que el interrogatorio sólo duró dos horas, cuando casos de menor importancia llegan a durar hasta cinco. Además, el acusado se negó a contestar las preguntas, alegando que se reservaba el derecho a responder, expresión que le pareció extraña proviniendo de un trabajador de maquiladora. Canchola piensa que Aburto fue aleccionado sobre qué responder.
Se negó a firmar la averiguación previa, alegando lo anterior.
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