El procedimiento con el que la autoridad determina el monto de las contribuciones que las empresas tienen que pagar, está fijado en la legislación fiscal.
El próximo 30 de marzo de 2019 se vence el plazo para que las personas morales declaren el resultado o pérdida fiscal obtenido en el ejercicio fiscal de 2018 en términos de la ley del impuesto sobre la renta (LISR) y en su caso, paguen el impuesto que les corresponde por dicho ejercicio.
Para determinar el ISR del ejercicio, el artículo 9 de la LISR establece que las personas morales necesitan determinar su resultado fiscal, para tales efectos los contribuyentes deben restar de sus ingresos acumulables, las deducciones que cumplieron con los requisitos y límites establecidos en dicha ley.
Al resultado se le disminuirá la participación de utilidades que pagaron a sus empleados en el ejercicio. En caso de que resulte una utilidad fiscal, los contribuyentes tendrán derecho a amortizar las pérdidas fiscales que obtuvieron en ejercicios anteriores actualizadas en términos del articulo 57 de la LISR.
Para determinar el ISR del ejercicio, al resultado fiscal, determinado conforme al párrafo anterior, se le aplicará la tasa del 30%. Cabe señalar que las personas morales están obligadas a efectuar pagos provisionales o pagos a cuenta del impuesto anual de manera mensual, los cuales podrán ser acreditados para determinar el impuesto a pagar en la declaración anual. También podrán acreditar las retenciones que hayan hecho a la persona moral por concepto de intereses bancarios, o en su caso, por impuestos pagados en el extranjero en términos del articulo 5 de la misma LISR.
Esta declaración se debe presentar en el Servicio de Declaraciones y Pagos en el portal del Servicio de Administración y Tributaria con el formato 18 del mismo sistema.
Ahora bien, en esta declaración no sólo se detalla la determinación del resultado fiscal y el impuesto sobre la renta causado del ejercicio, sino también se declara los atributos fiscales de la compañía como la cuenta de utilidad fiscal neta, la cuenta de capital de aportación, las pérdidas fiscales pendientes de amortizar, así como el coeficiente de utilidad que se utilizará para determinar los pagos provisionales del ejercicio de 2019 y se declaran los estados financieros de la compañía.
La correcta determinación de la base del impuesto no sólo le interesa a la autoridad fiscal, sino también a los empleados de la compañía, toda vez que en la misma declaración se indica cual será la base que servirá para el reparto de las utilidades que se generaron en 2018 y que se deberán pagar en mayo de 2019. Es oportuno señalar que en el mismo articulo 9 de la LISR se establece el procedimiento para determinar la base de la PTU.
Una vez presentada la declaración anual, de acuerdo con el artículo 67 del Código Fiscal de la Federación, la autoridad fiscal tendrá hasta cinco años para comprobar que el contribuyente determinó y pago el impuesto en términos del LISR. Este plazo reinicia cuando los contribuyentes realizan una declaración complementaria.
Aunque parece un procedimiento sencillo la determinación del impuesto del ejercicio y la determinación de la PTU, este se complica si la compañía no cuenta con buenos controles contables y administrativos, por lo que se sugiere que la elaboración de la declaración anual sea planeada con tiempo y se cuente con el personal capacitado y actualizado para su elaboración ya que un dato mal determinado o declarado puede derivar en multas y/o sanciones administrativas para la persona moral y sus representantes legales.
El Contribuyente es un medio plural que admite puntos de vista diversos. En tal sentido, la opinión expresada en esta columna es responsabilidad sólo del autor.
Suscríbete a El Fiscoanalista (novedades y jurisprudencias en materia fiscal y laboral), a la Agenda Inteligente (las noticias de negocios más relevantes), y a nuestro canal de YouTube.