Saber el costo de venta de tus productos o servicios es el primer paso para lograr una administración sana de tu negocio.
Definir el precio justo de tus productos puede lucir como una tarea complicada. Sin embargo, hay algunas pautas contables que debes tomar en cuenta para hacer esta tarea más sencilla. La primera de ellas (antes de poner precio a las cosas) es definir el costo de ventas de lo que ofreces.
¿Qué es el costo de ventas?
En términos mercantiles es la cantidad de dinero que costó producir o adquirir todos los artículos que vendiste. Cada línea de productos tiene un costo de ventas diferenciado, que además va cambiando con el tiempo porque lo que tienes en el inventario se va depreciando a distintas velocidades dependiendo del producto que se trate. Por ejemplo, la comida se deprecia en cuestión de días, mientras que si vendes rocas, tal vez pase mucho tiempo antes de que se deprecien.
Si estamos hablando de venta de servicios, es lo que te cuesta a ti generar cada uno de los servicios que ofreces a tus clientes.
¿Qué conforma el costo de ventas?
Antes de seguir, hay que recalcar que este cálculo por lo regular se refiere sólo a los gastos directos y no a los gastos indirectos o eventuales. Este es un asunto a discutir y más abajo lo aclaramos.
En los directos se incluyen todos los costos vinculados al producto. Entre estos están:
• Las materias primas con las que se fabricó.
• Los costos de almacenaje.
• Los gastos generales de fabricación (costo de mano de obra directa, más la parte proporcional de la nómina de las áreas corporativas, gastos de oficina, etc.).
• Gastos de transportación del producto.
• Gastos del papeleo en el caso de materias importadas, etc.
• La depreciación de los productos.
• Los impuestos que aplican en cada caso.
Cada producto individual debe tener su propio costo de ventas bien estipulado.
¿Y qué hay de los gastos indirectos o eventuales? Para la mayoría de los negocios, estos no suelen considerarse en este costo de ventas, de modo que las inversiones que no tienen un retorno preciso no se incluyen en este cálculo. Es decir, si tienes un local comercial al que los clientes llegan por sí solos, no es necesario invertir en publicidad, o en promociones, o en estudios de mercado. Bajo esta lógica, a pesar de que su nombre así parezca indicarlo, no se considerarían en el costo de venta las comisiones, sueldos y bonos variables de la fuerza de ventas (pero sí su sueldo base). Tampoco la inversión en mercadotecnia o publicidad, o las promociones. Únicamente lo que cada producto que se va a vender costó en sí mismo.
En muchos casos, centrarse sólo en los gastos directos permite llevar una contabilidad clara pues sabes cuánto cuesta por sí mismo cada producto y, a partir de las ganancias, es que decides el monto de inversión para agilizar las ventas.
Sin embargo, hay negocios en los que la promoción o el esfuerzo de ventas forman parte inseparable de la razón de existir de esa industria. Por dar un ejemplo: en el cine el costo de producir una película es apenas la mitad de su costo de venta, pues el esfuerzo de mercadotecnia puede costar tanto o más que el filme mismo. O el cálculo del costo de venta de la industria de los seguros, por ejemplo, es complejísimo porque implica considerar la probabilidad de que ocurra un siniestro.
¿Y si mi empresa no vende productos sino servicios?
En el caso de tener una empresa de servicios, los componentes básicos son:
• Materiales.
• Mano de obra (normalmente el costo de las horas laborales de cada persona del equipo)
• Gastos fijos generales del despacho (renta, sueldos, papelería, etc.).
Pero lo mismo: hay empresas de servicios infinitamente complejos, cuyo costo no se resuelve en un artículo como éste.
¿Cómo se calcula el costo de ventas de un inventario?
Una cosa es el costo de ventas de un producto individual y otra, muy diferente, el costo de ventas de un inventario de productos. El asunto se complica porque además este cálculo se hace a lo largo del tiempo, es decir durante un periodo contable (un día, un mes, un trimestre, un año fiscal).
Si tu empresa es de tipo comercial, la fórmula para sacar el costo de ventas de un inventario por cada línea de producto durante un periodo contable, sería así:
Costo de ventas de los productos al iniciar el periodo
+ Compras netas y gastos de ese lapso
– Costo de ventas de las existencias al finalizar el periodo
= Costo de ventas de ese periodo contable
Es decir, se considera el valor de lo que tenías previamente en inventario (las existencias iniciales). A esto se le suma el valor de la mercancía nueva de esa misma línea que adquiriste durante ese periodo (las compras). Por último, se le resta el costo del valor de la mercancía que no se vendió (existencias finales). Lo que te queda es lo que te costó en realidad esa línea de producto durante ese periodo contable.
En caso de las empresas de tipo industrial, la fórmula es un poco más complicada, ya que los bienes producidos tienen un proceso mucho más largo. En este caso la fórmula para sacar el costo de ventas de un inventario por cada línea de producto durante un periodo contable sería:
Costo de ventas de los productos en inventario al iniciar el periodo
+ Costo de producción de nueva mercancía
+ Gastos en ese lapso relacionados a esta línea de productos
– Costo de ventas de la existencia final de mercancías
= Costo de ventas de ese periodo contable
Al igual que en el caso anterior, se considera el valor de lo que tenías previamente en inventario (las existencias iniciales). A esto se le suma lo que cuesta producir nuevos productos de esa misma línea que adquiriste durante ese periodo (costo de producción). Por último, se le resta el costo del valor de la mercancía que no se vendió (existencias finales). Lo que te queda es lo que costó esa línea de producto durante ese periodo contable.
¿Qué pasa si hago mal el cálculo del costo de ventas?
No calcular correctamente el costo de venta puede traerte desventajas sobre todo a la hora de fijar precios. Una cifra demasiado alta puede alejar a los clientes que buscan una buena relación costo-beneficio, o bien generar mucha expectativa hacia lo que ofreces o, en el peor de los casos, sacarte del mercado. Si quieres competir con algo barato, tendrás menos ganancias, la percepción de tus productos o servicios puede dañarse, e incluso puedes perder dinero así nomás.
Aquí puedes leer sobre otros términos fundamentales para la salud contable de tu negocio como balance general, pasivos circulantes, capital contable, activo circulante, pasivo de largo plazo y pasivo de corto plazo.
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