el Contribuyente

¿Qué es el esquema carrusel de evasión fiscal y cómo funciona?

Foto: Shutterstock

Hay contribuyentes sin escrúpulos que han diseñado ingeniosos métodos de evasión fiscal. Uno de ellos es el esquema carrusel.


Los impuestos son necesarios para mantener en funcionamiento el gobierno. Los hospitales públicos, el alumbrado, el drenaje, entre otros muchos servicios públicos, se pagan en mayor medida con el dinero extraído de las contribuciones de los ciudadanos. Con todo y esto, uno no puede evitar pensar lo que sería de su vida si no le retuvieran un 30 por ciento de su salario por concepto de ISR y después un 16 por ciento de IVA. Gracias a esto, hay contribuyentes sin escrúpulos que diseñan esquemas de evasión fiscal muy ingeniosos, como el esquema carrusel.

El esquema carrusel abusa de algunas características del sistema fiscal mexicano. Un pagador de impuestos puede deducir algunos gastos contemplados por la legislación, siempre que cuente con el CFDI que ampare la operación (aunque hay algunas excepciones). Si bien en una factura puede decir cualquier cosa, en muchas ocasiones la realidad es que no hay una actividad real detrás de la misma, sino que se trata de comprobantes fantasma, por operaciones simuladas.

A la empresa que deduce CFDI por operaciones inexistentes también se le llama EDO, siglas para Empresa que Deduce Operaciones simuladas. A las empresas que emiten estas facturas se les llama EFO, Empresas que Facturan Operaciones simuladas.

Según la Prodecon, estos comprobantes son vendidos por entre el 4 y 8 por ciento del valor total de la factura. Así, si el CFDI ampara una una operación por un millón de pesos, la factura le costará a quien quiere fingir gastos para pagar menos impuestos entre 40 y 80 mil pesos. Si consideramos que con esta factura puede reducir la fracción de sus ingresos sobre el cual se calcula el ISR (la base gravable) en un millón de pesos, y por ende dejar de pagar 300 mil pesos en impuestos, vemos por qué la compra de facturas es un negocio tan atractivo para muchos.

Esto es sólo el comienzo del esquema carrusel, pues posteriormente la empresa facturadora tomará una serie de medidas encaminadas a evitar pagar el IVA generado por la operación simulada. La factura que emitió a la empresa tiene IVA desglosado, que por el monto de la factura equivale a 160 mil pesos. Así, la facturadora fantasma tiene que evitar pagar este dinero al SAT si quiere que la venta de facturas siga siendo negocio.

Es aquí donde los evasores se aprovechan de otra característica del sistema fiscal mexicano, en concreto la forma en que se determina el pago del impuesto al valor agregado (IVA). El IVA que se paga al fisco se calcula restando el IVA que otros contribuyentes te retuvieron, al IVA que tú retuviste a tus clientes. A esta mecánica se le llama retención y traslado de un impuesto.

Para que el esquema carrusel de evasión fiscal sea atractivo, es necesario que la EFO evite pagar los 160 mil pesos generados por concepto de IVA con la factura por operaciones simuladas, la EFO a su vez adquirirá una factura de otra EFO, con lo que podrá anular el IVA a pagar. La segunda EFO a su vez puede adquirir una factura de una tercera EFO, y ésta de una cuarta… La cantidad de eslabones que puede tener esta cadena se cuenta por las decenas. Y, para el momento que las alarmas del SAT empezaron a sonar, usualmente la cadena de empresas fantasma ya se desvaneció en el aire.

“¿Qué pasa cuando es una empresa fantasma? No la pueden localizar. Dio un domicilio para darse de alta, pero para los meses o el año en que el SAT tardó en darse cuenta, la empresa ya desapareció”, dijo en entrevista con El Contribuyente la procuradora Diana Bernal.


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