el Contribuyente

¿Cómo evitar los abusos de la subcontratación laboral?

Foto: Shutterstock

En opinión de nuestro columnista, Manuel Baltazar Mancilla, la autoridad debería tomar medidas más determinantes para combatir la evasión de impuestos y de cuotas laborales derivada de la subcontratación.


La subcontratación en México hoy en día es un esquema de trabajo muy común, cuya finalidad es incrementar la eficiencia en los negocios. Desafortunadamente, la figura laboral ha sido tomada como pretexto para cometer actos ilegales, pasando con una bandera de aparente legalidad.

El infortunio causado por el abuso de esta figura laboral radica en la simulación de trabajos por subcontratación, cuando la realidad es que contratan empleados a quienes violentan sus derechos laborales.

La Ley Federal del Trabajo sufre una reforma importante a finales de 2012, incorporando 3 requisitos básicos a la subcontratación, los cuales, en resumen, son:

  1. No tener a todo el personal subcontratado.
  2. Justificar la subcontratación, dada la especialización de las actividades a desarrollar por la empresa subcontratista.
  3. Que la contratante o beneficiaria de los servicios subcontratados no cuente con empleados que realicen labores similares a las actividades de la subcontratista.

Estos requisitos deben cumplirse a cabalidad; en ausencia de alguno, la subcontratación es injustificada y por tanto puede calificarse de ilegal.

Uno se preguntaría, ¿por qué tanto alboroto?, y la respuesta es terrible, toda vez que se ha usado la figura con nombres diversos para dejar de cubrir cuotas de seguridad social, de vivienda, impuesto sobre la renta, y en este orden de ideas se ve afectado el bolsillo de todos los mexicanos que contribuimos con nuestros impuestos todos los días. Sin embargo, hay alguien más que en su ignorancia jurídica también sufre afectaciones: el trabajador.

Las figuras utilizadas por este grupo de pseudoempresarios y pseudoasesores, a quienes podríamos generalizar con el mote de delincuentes de cuello blanco, afectan directamente los derechos laborales innegables para el empleado, ya que las aportaciones a las afores por concepto de seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez, así como las correspondientes a la vivienda, son pagadas por el patrón en montos mucho menores a los que devenga el trabajador por su labor cotidiana y que el patrón deja de aportar.

Hay un sinnúmero de figuras que simulan percepciones y prestaciones a trabajadores, que además se dicen libres de impuestos mediante empresas con figuras corporativas diversas, por citar algunos conceptos: pagos mediante previsión social, pago de alimentos, fondos de ahorro, o incluso pagos presentes de riesgos de trabajo que aún no se sufren.

Por otro lado las autoridades fiscales ya están dando seguimiento a las figuras corporativas, como lo son los casos en que se constituye o contrata de manera directa o indirecta a una persona física o moral, cuando entre otras, se trata de sociedades de solidaridad social, cooperativas, civil, civil universal, civil particular, fideicomisos, sindicatos, asociación en participación o empresas integradoras.

Podemos observar que los pseudoasesores tratan de inventar figuras legales para simular una subcontratación inexistente, con lo que terminan por no pagar impuestos, contribuciones de seguridad social, aportaciones al sistema de vivienda y genera un futuro incierto y nebuloso para la clase trabajadora.

Es loable y plausible la intención de vigilar este sistema, pero hay que considerar que se enfrenta a criminales que pueden crear diversos contratos a través del abuso de figuras contractuales como: prestación de servicios independientes, suministro de personal, administración de recursos humanos y servicios especializados en administración de capital humano… En fin, una cantidad de conceptos que seguirá creciendo conforme las reglas se multipliquen, a fin de poder seguir cometiendo este tipo de tropelías contra los trabajadores y el erario.

Ojalá la certificación permita limitar y erradicar estos abusos en contra de intereses de la clase trabajadora, y los mexicanos que mantienen este país.

Sin más, dejo la reflexión a quien corresponda.

Nos vemos la próxima ocasión.


El Contribuyente es un medio plural que admite puntos de vista diversos. En tal sentido, la opinión expresada en esta columna es responsabilidad sólo del autor.

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