¿Qué cambios fiscales podemos esperar con Carlos Urzúa?
Carlos Urzúa es el virtual secretario de Hacienda y Crédito Público de la administración de López Obrador.
La victoria de Andrés Manuel López Obrador ha sido percibida por una parte importante del electorado de forma muy polarizada: o bien como el inicio de la venezuelización de México, de un infierno socialista de corte bolivariano, o bien como la solución a todos los males de nuestro país. En El Contribuyente no contamos con una bola de cristal, como para aventurar predicciones demasiado osadas respecto a lo que pasará a partir de que el presidente electo tome las riendas de México el próximo 1 de diciembre. Sin embargo, podemos hacer algunas conjeturas informadas con base en lo que algunos actores clave en la campaña (como el probable secretario de Hacienda, Carlos Urzúa) han dicho durante los últimos meses.
Durante las campañas políticas, los candidatos suelen hacer alarde de la prodigalidad con la que piensan repartir dádivas y programas gubernamentales en favor de los ciudadanos, también es cierto que con frecuencia son menos específicos respecto a la forma puntual en que piensan obtener los recursos necesarios para implementar sus propuestas.
En campañas, el economista Gerardo Esquivel, quien podría ser subsecretario de Egresos de la SHCP una vez entre en funciones la próxima administración federal, dijo que no subirán los impuestos ni se crearán nuevos al menos durante los tres primeros años de la gestión de AMLO. Queda, pues, pendiente la cuestión. ¿De dónde va a salir el dinero?
Son bien conocidas las propuestas de reducir el gasto corriente y los sueldos de la alta burocracia, entre otras. Pero cabe también resaltar el historial en el sector público de quien podría ser el próximo secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, pues podría darnos alguna pista al respecto.
Urzúa fungió como secretario de Finanzas del Distrito Federal entre 2000 y 2003, durante la primera mitad del período en que López Obrador fue jefe de gobierno de la entidad federativa.
Al igual que ahora, en aquél entonces Carlos Urzúa enfrentó el reto de incrementar los ingresos sin aumentar los impuestos. Algunas de las estrategias que el secretario de Finanzas de la capital implementó fueron la captación de pagos a través de bancos e internet y no ya a través de las oficinas de la Tesorería (con lo que disminuyó la fuga de contribuciones por la corrupción), el combate de la corrupción entre peritos catastrales y la actualización catastral con base en lo que la ley ya existente dictaba (con lo que incrementó la captación del predial).
El resultado de estos movimientos fue considerable: de 2000 a 2001, la captación de predial pasó de 8 mil a más de 10 mil millones de pesos y la tenencia de 4 mil a 6 mil millones de pesos.
De lo anterior podría desprenderse una pista sobre lo que se podría esperar durante la nueva administración: aún sin aumentar los impuestos ya existentes, podríamos observar un aumento en la recaudación vía un aumento en la eficiencia recaudatoria. Recordemos lo reportado recientemente por la Auditoría Superior de la Federación, sobre que los grandes contribuyentes actualmente deben 131 mil millones de pesos en impuestos, o lo señalado numerosas veces por asociaciones civiles como Fundar, que la Secretaría de Hacienda condona y cancela créditos fiscales de forma opaca y discrecional.
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