6 tips narrativos que te ayudarán a conseguir el empleo de tus sueños
El trabajo perfecto es como encontrar a la pareja romántica ideal: creemos que no existe, hasta que conocemos a alguien que sí lo logró. Y no, no fue suerte.
- Seis segundos para toda una carrera
A la gente de recursos humanos le toma en promedio seis segundos para desechar un currículum: Seis. Segundos. Para toda tu vida profesional. Si fuera el tuyo, ¿habría pasado a la siguiente fase?
De acuerdo a un análisis publicado por la agencia de reclutamiento estadounidense The Ladders, en esos seis segundos el empleador escaneó tu hoja de vida y revisó tu nombre, dónde trabajas y tu puesto, cuánto llevas ahí y si aún sigues trabajando en esa empresa. Lo mismo para tu empleo anterior, y tus estudios. Si eso hace sentido, pasas a la siguiente fase; si no, adiós.
Desde luego, la forma como ordenes tu información en tu resumé ayuda un poco a que se cuele algún dato extra. (Tip: si ordenas tu información en dos columnas verticales, y lo esencial lo pones en la primera, llevas cierta ventaja.)
Pero eso no debe preocuparte, porque lo más probable es que si tu trayectoria poco o nada tiene que ver con el empleo solicitado, aunque lo revisen durante media hora de todas formas será eliminado. Ese es sólo el primer filtro.
- ¿Buscas trabajo, así en general? Olvídalo
Sabiendo esto, puedes hacer tres cosas: 1) seguir la estrategia de los salmones que ponen 400 mil huevecillos de los cuales sólo unos cuantos se convertirán en peces. O sea: manda tantos CVs puedas, sabiendo de antemano que la mayoría morirá en los primeros seis segundos. 2) No perder el tiempo mandando tu currículum a medio mundo y mandarlo mejor a aquellas empresas donde sabes que existen más posibilidades de que pases a la siguiente fase. 3) Elegir desde un inicio la empresa y el puesto en el que deseas trabajar, y enfocar todas tus baterías en conseguirlo.
El último es el camino más arriesgado en el corto plazo, pero es el mejor aspectado hacia el futuro. Al final se trata de tu vida y, como dice el refrán: ten cuidado con lo que deseas, porque se te puede cumplir. Si sólo buscas trabajo, así en genérico, tarde o temprano encontrarás una ocupación aunque sea un puesto en el infierno. Pero si afinas tu búsqueda hacia el empleo de tus sueños, y te dedicas en serio a ello —es decir: estudias lo que se necesite estudiar, te certificas en lo que necesites certificarte, ocupas previamente los puestos que es necesario ocupar previamente, cultivas las relaciones personales que te acercarán a tu meta, fracasas muchas veces y no te rindes, y mantienes tu mente clara, enfocada y libre de ego tóxico—, vamos, si no te dan justo ese empleo, capaz que hasta logras algo mejor.
- Tú no necesitas ese trabajo…
Cuando llevas esa trayectoria indiscutible, te das cuenta que conseguir el trabajo de tus sueños involucra de hecho un sutil giro en la perspectiva: ya no llegas a la entrevista laboral con la actitud de que necesitas ese puesto, sino total y serenamente convencido de que ellos son los que te necesitan. No a alguien como tú, sino específicamente a ti.
Sólo falta vencer un obstáculo: comunicarlo.
- Por qué los currículums apestan (y qué puedes hacer al respecto)
Estemos de acuerdo en algo: tu vida profesional es una narrativa. Y por mejor diseñado que esté tu curriculum para sobrevivir el filtro de los seis segundos, al final un CV es uno de los vehículos más ineptos para transmitir tu historia. (Descontando que, por supuesto, tienes todo el derecho de editarlo para que, sin mentir, esté más afinado hacia los intereses de quien quieres que te contrate.) Al final es una colección de bullets, un registro frío de datos laborales.
Sabiendo las limitaciones del formato, debes concebir tu resumé como una escaleta de secuencias: ese ordenamiento ascendente que fue llevando, de triunfo en triunfo, de fracaso en fracaso, al punto donde te encuentras ahora. En ese sentido, no tiene caso decir que hace diez años trabajaste en la papelería de tu tía o tu promedio en la primaria, cuando lo relevante es que estás terminando tu maestría. El currículum es el esquema general de la novela de tu vida, y debes ahora ser capaz de contarla de forma emocionante.
- No digas que eres inteligente, por favor
¿Cuál es la idea de ti que quieres transmitir? No digas: soy inteligente, o soy muy capaz, o trabajo bien en equipo, porque eso es abstracto, es decir, es la pura idea indefinida. Cuenta mejor una historia verídica, enmarcada en alguno de tus empleos anteriores, donde quede demostrado lo que sabes hacer. El chiste es que después de escuchar tu narración, tu potencial empleador piense, mientras te ve, con cara embobada: “Rayos, esta persona sí que es inteligente, y qué capaz es, ya quisiera yo que trabajemos juntos en algún equipo.”
- Estar sobrecalificado es una mentira
También es verdad que existe ese raro fenómeno de estar sobrecalificado. Pero es una falacia: si en todos los trabajos a los que aplicas te advierten que estás muy por arriba del perfil que están buscando, es porque estás buscando muy abajo. Por otra parte, si ya no se abren ofertas para alguien de tu perfil es porque entonces —si tan calificado estás— te toca a ti generar tus propias oportunidades.
El empleo de tus sueños es como encontrar a la pareja romántica perfecta: creemos que no existe, hasta que conocemos a alguien que sí lo logró. Y no, no fue suerte. En vez de sentir envidia o deprimirte, ¿ya sabes qué hacer, cierto?
(Y no, no es asesinarlo.)
Felipe Soto Viterbo es novelista, editor y director de Etla, despacho de narrativa estratégica.
Negocios Inteligentes es un medio plural que admite puntos de vista diversos. En tal sentido, la opinión expresada en esta columna es responsabilidad sólo del autor.
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