En las dos últimas columnas hemos desarrollado la narrativa del cambio y las cosas que llevan a él. Pero a veces cambiar no depende sólo de ti. ¿Qué hacer cuando algo o alguien se opone? Estas son las posibles salidas.
(Para tener una idea más completa sobre la narrativa del cambio en los negocios, puedes leer las dos últimas columnas aquí y aquí.)
Sobre un enorme terreno había dos ganaderos vecinos: don Rubén y don Vinicio. Cada uno tenía 100 vacas y el mismo espacio de terreno. Un día, don Rubén descubrió que le faltaban dos vacas. Se puso a contar las de don Vinicio y, curiosamente, éste tenía 102 reses.
—Oiga, don Vinicio, ¿se acuerda que yo tenía 100 vacas y usted también? —le dijo don Rubén recargado en la cerca que dividía los dos ranchos—. ¿Cómo es que ahora tengo nomás 98 y usted de pronto tiene 102? Me parece que esas dos vacas son mías.
Don Vinicio le dio una calada a su cigarro y le dijo a su vecino, mientras dejaba escapar el humo:
—Mire: todas las vacas que están de este lado de la cerca son las mías; y todas las de allá son las suyas. Tengo 102 vacas, le guste o no.
Lo que sigue son los quince finales posibles a este desacuerdo. Representan las posibles salidas a la resolución de obstáculos. Compara estas salidas rancheras con situaciones semejantes en tu vida (en tu trabajo con el colega necio; en tu pareja cuando la cosa no está funcionando; con tu socio que no da su brazo a torcer). En todos los casos, tú serás don Rubén, y la persona que se opone a tus objetivos, es don Vinicio.
Pero antes, toma en cuenta este esquema:
Primera parte: Acuerdos estables
En los acuerdos de paz no se busca dominar ni se es dominado; se trata de llegar a un equilibrio, pero no todas las salidas del equilibrio son convenientes.
- Ignorar (y seguir igual):
—Está bueno —dijo Don Rubén—. Usted es mi amigo y no nos vamos a enemistar por dos bovinos.
—¡Ese es mi compadre! Las reses van y vienen, ¿qué no? —dijo Don Vinicio, y le ofreció un cigarro.
Moraleja: No se pelearon, siguieron siendo “amigos”; pero en adelante la cosa no volvería a estar pareja nunca más.
- Defender (para evitar confrontaciones):
Don Rubén se dio cuenta que las cosas no iban a cambiar, así que regresó a su casa. En las siguientes semanas construyó un muro de hormigón reforzado alrededor de todo su rancho coronado por una doble hélice de alambre de púas. Colocó cámaras de vigilancia y sensores láser. Nunca se le volvió a escapar una sola vaca.
Moraleja: El muro le costó una fortuna y para salir de deudas tuvo que vender unas treinta vacas. Ahora, en vez de mirar el hermoso paisaje agreste de montañas, mira la monótona uniformidad de su muralla. Pero se ha prometido volver a hacer su rancho grande otra vez.
- Igualar (a falta de acuerdos)
Ante la intransigencia de don Vinicio, don Rubén tomó su revólver y le disparó a cuatro de las vacas que estaban pastando ahí cerca. Sus tiros fueron certeros y atravesaron el cráneo de las reses que cayeron mansamente sobre la hierba. Don Vinicio reaccionó inmediatamente:
—Hey, ¿qué se cree que está haciendo?
Sin soltar la pistola, simplemente le respondió:
—Listo, ambos volvemos a tener el mismo número de vacas. Que tenga un buen día, don Vinicio.
Moraleja: La siguiente vez que se pasaron dos vacas de su lado, don Vinicio tuvo el cuidado de devolvérselas a su vecino, no fuera a ser.
- Negociar (y llegar a un acuerdo):
—Mire compa —dijo don Rubén—. No es justo que ahora tengamos cuatro vacas de diferencia cuando siempre estuvimos iguales… De las dos que se cruzaron a su campo, páseme sólo una. La otra se la regalo y así yo aprenderé a no descuidarlas.
A don Vinicio le extrañó el trato, pero pudo ver que si no accedía la relación entre ambos iba a ser ríspida.
—Me parece bien, compa —respondió don Vinicio después de pensarlo bien, y le devolvió una de las dos vacas.
Moraleja: Don Rubén sólo perdió una vaca en lugar de dos. Y don Vinicio tuvo una vaca gratis. Como sea, don Rubén reforzó la cerca entre los dos ranchos.
- Fusionarse (y crecer)
—Le propongo algo, vecino —dijo don Rubén—. Es un lío si una vaca se pasa de un lado o del otro. ¿Por qué no mejor quitamos la cerca y nos asociamos? Así en vez de cada quien tener cien vacas, tendremos 200 entre los dos; además de que nuestras tierras, juntas, serán enormes.
Don Vinicio lo pensó algunos días y accedió. Fue un lío ponerse de acuerdo en los detalles, pero juntos se volvieron una de las principales fuerzas ganaderas de su región.
Moraleja: Aunque unirse tiene sus problemas, la unión hace la fuerza.
(Lee aquí la segunda entrega de estas 15 resoluciones a conflictos que no dependen de ti.)
* Actualización (5 de junio, 2018). Se incorporaron dos nuevas resoluciones (“Defender” e “Igualar”; y se modificó el esquema que las representa) para dar un total de 15. Originalmente el artículo se llamaba “Las 13 resoluciones de un conflicto cuando no depende de ti”. Las dos que se agregaron aportan un panorama más completo. Para esta edición, el capítulo “Segunda Parte: Batallas discretas” que aparecía aquí se movió a la segunda entrega por motivos de espacio. Se corrigieron también algunos errores.
Felipe Soto Viterbo es novelista, editor y director de Etla, despacho de narrativa estratégica.
Negocios Inteligentes es un medio plural que admite puntos de vista diversos. En tal sentido, la opinión expresada en esta columna es responsabilidad sólo del autor.
Suscríbete a la Agenda Inteligente (las noticias de negocios más relevantes) y El Fiscoanalista(novedades y jurisprudencias en materia fiscal y laboral).