¿Cómo se divide el fondo de ahorro para el retiro si me estoy divorciando?
Se debe tener toda la información sobre el saldo del trabajador.
Son muchos los filósofos, escritores y artistas que han hablado de cuando se acaba el amor. Por eso es un lugar común. Pero son pocos los valientes que se atreven a hablar de la disolución de la sociedad conyugal (también conocida como bienes mancomunados) y cómo se divide el fondo de ahorro para el retiro en estos casos. De nada.
Había una vez…
Él la atrapó con una sonrisa ganadora y cuando ella decidió casarse, optaron por la sociedad conyugal. Esta comprende los bienes de que sean dueños los otorgantes al formarla y los que consigan en el futuro; es decir, lo mío es tuyo y lo tuyo es mío. El objetivo de esta sociedad es solventar los gastos a los que deba enfrentarse la pareja.
Lo compartían todo…
Todo absolutamente, hasta el fondo de ahorro y las experiencias del día a día (por necesidad y por amor). El fondo de ahorro de las parejas forma parte de este tipo de sociedades aunque no se haya establecido antes en alguna de las capitulaciones matrimoniales, ya que la sociedad está integrada por los bienes adquiridos por cualquiera de los cónyuges, incluso el producto del trabajo. Entre los productos del trabajo se encuentra el fondo de ahorro administrado por una Afore.
Hasta que…
Un día ella despertó y supo que ya no quería compartir nada con él, ni el fondo de ahorro; eso fue el final de todo, ahí se dio cuenta. Para resolver estos problemas se creó una nueva tesis aislada del Segundo Tribunal Colegiado en materias Civil y de Trabajo del Vigésimo Primer Circuito que determinó que para el pago del fondo de ahorro cuando se liquida la sociedad conyugal, la autoridad debe solicitar informes a la Afore para conocer el saldo que tenía el trabajador en su cuenta hasta la fecha en que se dictó la sentencia de divorcio.
Según la ley, cuando se disuelve la sociedad a cada parte le toca el 50 por ciento de los bienes. Con la información de la Afore se puede calcular la parte correspondiente de los bienes que generaron hasta ese fatídico día en el que se firmó el divorcio.
Por lo demás, la Suprema Corte de Justicia de la Nación todavía no tiene una jurisprudencia para lidiar con corazones rotos.
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