Nuestro columnista Antonio Flores Aldama nos habla sobre el sistema de facturación del SAT y los cambios que podrían mejorarlo.
El día de hoy entré al sitio del SAT para emitir una factura. No lo hacía desde diciembre del año pasado y me llevé una mala sorpresa. Soy una de esas personas que suele celebrar la automatización, pero si esta es desastrosa y sin pies y cabeza, mejor que se le dé rollback (vuelva a su estado previo), así que como buen informático y creador de sistemas amigables y fáciles que soy, le doy mis recomendaciones al SAT:
1 No tengo problema con los catálogos de los que toda la gente se queja. Creo que están muy bien para fines estadísticos o de orden.
2 La pantalla para que agregues conceptos se abre en un espacio muy pequeño; debería poderse expandir.
3 El proceso para añadir los impuestos es estúpidamente engorroso. Mi factura se emitió con cero impuestos, por ejemplo, porque el sistema tiene un bug y no pudo hacer el cálculo, aún escribiendo la tasa que solicita el sistema, así que si me la pagan, no sé cómo tributaré ese impuesto.
Mi pregunta para el SAT es: ¿por qué no revisan sus sistemas? Seguramente debe haber mucha gente que esté en la misma situación y que terminan haciendo una cita para acudir al SAT pensando que no son capaces de usar este sistema que podría ser muy bueno, pero que por desgracia no lo es.
El sistema es simple, sí, pero no funciona. Sería mejor que el SAT saque la versión 3.4 y resuelva los problemas que seguramente sólo le generan dolores de cabeza tanto a sus usuarios como a sus empleados. Es más: si me lo piden yo personalmente lo reviso y les ayudo a hacer el mejor sistema que existe para una Hacienda moderna.
El Contribuyente es un medio plural que admite puntos de vista diversos. En tal sentido, la opinión expresada en esta columna es responsabilidad sólo del autor.
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