el Contribuyente

Los 5 errores más comunes al deducir gastos

¿Quieres que te toque devolución? Lee con atención.


Al presentar la declaración anual, todos mantenemos la esperanza de recibir una devolución jugosa de manos del SAT. Pero para lograrlo, lo menos que puedes hacer es deducir gastos de manera correcta. Estos son probablemente los cinco errores más comunes que los contribuyentes cometen al hacer su declaración. Asegúrate de no caer en ellos.

 

 

Probablemente el error más frecuente es que los contribuyentes intentan deducir gastos que no son estrictamente indispensables para la actividad económica que realizan, como activos o insumos. Sabemos que puedes hacer toda la gimnasia conceptual que quieras para justificar por qué comprar una consola de videojuegos es indispensable para realizar tu trabajo. Después de todo, el tiempo de descanso y esparcimiento es un derecho humano, ¿no?  Igual dudamos mucho que logres convencer al SAT.

 

 

Uno de los requisitos indispensables para hacer una deducción es el CFDI o, como lo llamamos en español, la factura. No basta que tengas una servilleta redactada a mano para sustentar una compra ante el SAT. Así que, ojo, hazte el hábito de siempre pedir factura y cerciorarte que cuente con los requisitos fiscales.

 

 

Los gastos en vehículos y refacciones sólo son deducibles si están relacionados con tu negocio. Es decir, si compraste un auto y lo usas para viajar a Acapulco y llevar a tus hijos a las clases de futbol, el SAT no te va a dejar deducir estas inversiones.

 

 

Para deducir gastos médicos es necesario que cumplas toda una serie de requisitos, como que el pago sea bancarizado (mediante tarjeta de crédito, débito o transferencia bancaria) y que sean para tu familia inmediata (siempre que sus ingresos no superen cierto monto). Además, las deducciones por este concepto deberán hacerse en la declaración anual, no mensualmente.

 

 

A veces ocurre que familiares o personas cercanas intercambian facturas entre sí, pensando que pueden deducir facturas que no fueron expedidas a su nombre. Esto puede acarrearte problemas con el SAT. Lo recomendable es que pidas siempre las facturas a tu nombre si tú eres quien al final se encargará de hacer las deducciones.


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