El propósito de estas herramientas es ayudar a los contribuyentes a practicar el llenado de la factura electrónica. Pero, ¿funcionan?
Todos los que llenamos la factura 3.3 por primera vez nos topamos con pared: aquel 1 de julio de 2017, muchos nos quedamos sin cobrar hasta que desciframos los misterios de los catálogos de productos y las claves y adivinamos a qué botones teníamos que darle clic para incluir los datos necesarios. Después, el SAT regaló prórrogas para quienes aún no adoptaban el nuevo formato, hasta que llegó el 1 de enero de 2018, momento en el que esta factura (ahora conocida como CFDI) se volvió obligatoria. Y a sufrir.
Aunque han pasado ya casi dos meses, el llenado aún sigue siendo un dolor de cabeza para muchos contribuyentes. Quizá la tortura es un poco menos dolorosa para las personas físicas que ofrecen un solo servicio que para las empresas que venden cientos de productos y que se ven en la terrible necesidad de encontrar las claves de cada uno en un catálogo que ha incluido hasta las categorías más ridículas, como podrás constatar en este video.
Pero lo cierto es que ha sido complicado para todos. Para aquellos que aún no comprenden cómo generar una factura o quienes tienen su terrible “primera vez” con el CFDI, el SAT incluyó en su portal de internet un simulador con el que los contribuyentes pueden practicar el llenado de sus facturas. En la redacción de El Contribuyente decidimos probarlo para saber qué tan sencillo es su uso y qué tan bien cumple con su propósito. El graciosísimo título del simulador es “factura fácil para usuarios de Mis Cuentas” y lo encontrarás aquí. El simulador luce así.
Como te habrás dado cuenta si ya has facturado, el simulador es idéntico a la plataforma real, nada más que tiene una marca de agua ininteligible. Esperábamos que esos signos de interrogación dieran instrucciones precisas de lo que el contribuyente debe hacer, pues tratándose de un simulador, se supone que la herramienta es didáctica. Pero no. Sólo nos topamos con que, al igual que el formato para llenar tus facturas (las reales), los letreros, en algunos casos, sólo señalan obviedades. Como aquí.
Y en los casos más complejos (aquellos que requieren mayor explicación para saber de qué se nos está hablando), los letreritos solamente te mandan a leer una guía de la que no hay ningún link en el simulador ni tampoco se indica su ubicación en el portal. Aquí la evidencia:
La conclusión: el simulador provoca las mismas dudas que la plataforma en la que se generan las facturas reales, pues carece de elementos que realmente ayuden al contribuyente a comprender cómo debe llenar sus facturas. Y, no está de más decirlo, mientras utilizamos el simulador, la página del SAT se cayó al menos tres veces. Con estas herramientas, el trago amargo de pagar impuestos resulta aún peor.
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