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Las 8 fortalezas que los empresarios necesitarán en 2018

Dado que la incertidumbre se está convirtiendo en norma en muchos ámbitos, no es exagerado decir que este mes puede ser el primero del resto de tu vida empresarial. ¿Tienes pensado hacia dónde quieres llevar a tu empresa y las herramientas que necesitarás para lograrlo? Proponemos esto.




empresarios, liderazgo
Foto: Shutterstock
8 enero, 2018

¡Venga, un poco de optimismo! El año que está a punto de estrenarse no tiene necesariamente que ser un limbo, un momento de transición, la necesidad de poner en pausa la estrategia de tu empresa. Quizás creas que el clima político y económico no es el más adecuado para invertir, crecer, ser osado, pero míralo de esta manera: es la coyuntura perfecta para ejercitar ciertas fortalezas, para desarrollar con disciplina algunos rasgos de liderazgo que te servirán en tiempos inciertos (y para toda la vida). Esto no está en cursos de management convencionales.

1 Cultiva la proactividad (¿y échate a dormir?)

Si alguien que se las da de experto te dice, como quien revela la llave del éxito, “hay que aprender a delegar”, huye de esa persona. Está diciendo una simpleza. Delegar es tan poco significativo como partir un pastel de actividades. Hoy el tema es la formación de equipos proactivos que crean (con firme convicción) en la cultura de la colaboración dentro de las empresas. Una de las formas de fomentar la proactividad en tus equipos de trabajo es a través del desarrollo de habilidades de networking. Aceitar esa técnica de relación laboral maximiza las oportunidades de negocio, claro, pero también fortalece la personalidad de cualquier miembro de un equipo, sobre todo los que están en posiciones de entrada y quieren avanzar en el escalafón, así que promuévelo también en el interior de tu empresa. Las mesas de trabajo operacionales ayudarán a mejorar la relación entre los equipos sin importar la jerarquía; el propósito de este tipo de networking es asegurar la coordinación y cooperación entre gente que necesariamente debe confiar en el resto de las personas para cumplir sus tareas inmediatas, entre otras ventajas.

2 Hazte cargo de tu incertidumbre

“La habilidad más importante que deben tener los empresarios en 2018 es ser capaces de responsabilizarse de la incertidumbre que sienten. El mundo es incertidumbre y no pueden llenarlo de más dudas con temas de su empresa como metas, ventas, objetivos, empleados, clientes y el equipo de gente con la que trabajan. La responsabilidad de los empresarios es hacerse cargo de sus emociones y trabajar en ellas”, nos explica Diego Dreyfus, emprendedor, life coach y conferencista de TED.

Dreyfus afirma que parte de la incertidumbre tiene que ver con el miedo de no saber a dónde vamos a ir a parar, por lo que el desapego funciona como una solución vital. El mundo cambia y lo más importante para los empresarios es saberse adaptar a esas transformaciones. Pregúntate: ¿qué tanta conciencia tienes de tu miedo a la incertidumbre?, ¿cómo puedes continuar avanzando para que después de superar este miedo conozcas gran parte de tu potencial?

3 El arte de hacer una buena retroalimentación

No hay nada que mute tanto como el concepto mismo de liderazgo. Aunque en México hay pocos análisis sobre la importancia de la retroalimentación entre los equipos de trabajo de una empresa, hay países en donde esto se coloca al centro de las habilidades de un buen líder. Como ejemplo busca los trabajos y estudios de John Hatde, profesor de Educación en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, que asegura que no sólo la retroalimentación (como hecho corporativo) es importante, sino también la manera en que se imparte, se ejecuta. Un mal feedback, por decir, es destructor para el ego de las personas. Antes de arremangarte y meterte en una labor de retroalimentación, realízate estas preguntas: ¿qué quiero lograr realizando esta crítica?, ¿cuál es su momento adecuado? ¿Voy a reflejar un temperamento de “dador de lecciones” o de “solucionador de problemas”? Recuerda: eres un director de orquesta. Tus intervenciones son, esencialmente, creativas.

4 Incluso para ser curioso se necesita un método

Parece que todos los recursos que tenemos a nuestra disposición para continuar capacitándonos nos ponen las cosas sencillas, sin embargo, cuando nos damos cuenta de que existen millones de libros sobre negocios, miles de cursos en línea y el día sigue teniendo 24 horas, nos abrumamos. No sabemos decidir qué es lo siguiente que queremos estudiar. De acuerdo con un estudio realizado por Bersin, una división de Deloitte, en el mundo laboral contemporáneo se cuenta con menos de 1 por ciento del tiempo para aprender nuevas cosas. Llegó el momento de cuestionarte sobre lo que realmente necesitas aprender y aplicar al máximo tus capacidades discriminatorias. Quizá se trate de un taller sobre marketing digital, una actualización sobre hojas de cálculo o tal vez un idioma que quieras perfeccionar, ¡pero concéntrate en uno a la vez, sin distracciones! El mito del multitasking ha ido perdiendo brillo con los años, y en el campo de la capacitación continua, créenos, no se debe aplicar. Literalmente bloquea un espacio en tu semana para realizarlo.

Pregúntate: ¿cómo aprendo a aprender sin descuidar mi negocio?

5 Trabaja tu certeza emocional

De acuerdo con Alejandro Meza, especialista en capacitación y asesoría empresarial desde hace 16 años, el mayor poder que existe en el individuo está en sus emociones, no en su intelecto. Y en el líder, mucho más. Alejandro fundó la empresa Impulso Humano México y es considerado como único en su campo por ser un desarrollador de metodologías poco convencionales aplicadas a los negocios.

“No basta con creer que puedes; tu mente es débil. Creer activa únicamente

50 por ciento de las posibilidades, a nivel cerebral; creer no brinda certeza, que es lo que otorga fortaleza a nivel emocional”, nos explica. “Son los sentimientos los que atraen los pensamientos y no al revés. Aplicado a las ventas, por ejemplo: tratar de convencer al público que tu producto o servicio es bueno demuestra un estado de debilidad. Más bien las personas tienen que estar deseosas de obtenerlo. Después de muchos años aplicando mi metodología, me he dado cuenta de que la razón tiene mucho menos poder del que pensamos”.

Otra forma de ejemplificar la certeza emocional: emprender no es poner un negocio, sino elegir un camino hacia algo que es tan grande y poderoso que vale la pena morir por ello. Pregúntate: ¿qué tanto estás seguro de que tu negocio “lo tiene”?

6 Músculos rápidos y de máxima flexibilidad

Cuando hay crisis unos lloran y otros venden pañuelos. Mónica de Salazar, coach ejecutiva certificada por la International Coaching Community, propone que dentro de cada empresa exista un núcleo que se dedique a realizar un análisis específico sobre nuevos emprendimientos, es decir, que haya un grupo de personas que busquen esas oportunidades de negocio y desarrollen con rapidez ideas. “México tiene un gran potencial porque tenemos una creatividad y una capacidad de adaptación realmente impresionante. Y sí, vivimos en una especie de caos, pero también tenemos la capacidad de improvisar. Hay países en donde todo está tan bien estructurado que se convierte en un reto porque hay mucha tecnología, investigación y desarrollo intelectual, pero cuando quieres hablar de conceptos u opciones diferentes, todo se piensa en términos como A o B. En México no existe siempre la respuesta correcta”.

7 El avance imparable de la tolerancia

Aunque, sólo como un dato al aire, 45 por ciento de las personas que trabajan en el sector comercio son mujeres, la desigualdad en cuanto a salarios entre hombres y mujeres aún es muy pronunciada. Las mujeres ganan 30 por ciento menos que los hombres de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que cubría hasta el cuarto trimestre de 2016. Esta brecha entre hombres y mujeres no sólo es con respecto a los salarios, sino también al trato. Hemos escuchado cientos de denuncias de abuso y acoso sexual laboral en los últimos meses, por lo que será uno de los grandes temas que continuará en el 2018. Ya es una cuestión urgente: ¿qué tan equitativa es tu empresa? ¿Cómo promueve el respeto a la diversidad? No se trata únicamente de tener una comunicación con respecto al tema entre tus equipos de trabajo, sino de implementar normas de conducta y sanciones severas para quienes no cumplan con esto, pues fuera de cualquier reglamento interno existe un imperativo superior. En 2007 se aprobó la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y ahí se define el hostigamiento sexual como el ejercicio de poder que se realiza en el marco de una relación de subordinación laboral y/o escolar. Puede ser a través de conductas verbales o físicas, relacionadas con la sexualidad y connotación lasciva. Por su parte, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México establece como hostigamiento y acoso laboral cualquier manifestación o expresión abusiva que se acompañe de comportamiento, palabras, actos, gestos y escritos que puedan atentar contra la personalidad, la dignidad o integridad física o psíquica de la persona o degraden el clima de trabajo o pongan en peligro su empleo.

8 Aprende a navegar sin brújula

Hay quienes están de acuerdo con realizar planes y objetivos a 12 meses y hay quienes de plano han roto los paradigmas al respecto. El conferencista Diego Dreyfus, en cambio, afirma: “Yo no tengo plan a 12 meses porque no tengo metas. Yo tengo preferencias, es decir, pongo una estrella polar hacia donde quiero ir, y luego suelto y disfruto mi presente, no necesito llegar a ningún lado. Eso no quiere decir que la empresa no funcione o que no quiera llegar a algún lugar de éxito, pero no voy hacia éste porque lo necesito, ni porque me lo planteo o lo pongo como objetivo. Siento que los objetivos y las metas matan el presente. Las preferencias te alinean hacia un futuro maravilloso y luego sueltas y disfrutas”, explica.

Por su parte Mónica de Salazar propone que si de cualquier forma se opta por un plan de metas, se realice por trimestres, es decir, hacer cargo a los equipos para que lleguen a objetivos tangibles a los tres meses, a los seis, a los nueve y a los doce, es decir dividirlo en plazos alcanzables y realistas, que ayuden a conseguir la gran meta del próximo año.  

*Este texto se publicó originalmente en la edición impresa de diciembre de El Contribuyente.

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