Los ciberdelincuentes han “refinado” sus técnicas para hacerte la vida miserable. Te decimos cómo puedes evitar convertirte en una víctima más.
Hace apenas algunos meses, la noticia de que Telefónica, en España, había sido hackeada le dio la vuelta al mundo. El ataque ocurrió de un modo absurdo: al parecer, un empleado de la gigante española le dio clic a un link en un correo electrónico sospechoso y, al hacerlo, se descargó un software malicioso en su computadora. Minutos más tarde, los archivos que contenían datos indispensables para que la empresa operara fueron encriptados por un grupo de hackers, lo cual provocó que nadie de la empresa pudiera tener acceso a ellos. Los ciberdelincuentes se pusieron en contacto con Telefónica: si querían volver a ver sus datos, tenían que pagar un rescate en bitcoins. Y peor aún, si Telefónica se tomaba tiempo para pensarlo, el rescate subiría al doble.
La noticia puso en jaque a Telefónica, que decidió apagar su sistema y mandó a los empleados a su casa en lo que encontraba una solución. Al mismo tiempo, otras empresas alrededor del mundo comenzaron a ser atacadas; entre ellas FedEx y Renault. El caso pudo convertirse en una catástrofe mundial sino fuera por un joven que encontró una falla en este virus y logró detenerlo.
Con protección, siempre es mejor
Apenas ayer, la compañía de ciberseguridad Kaspersky Lab reveló que los ciberataques llamados ransomware contra las empresas van al alza. Estos consisten en el envío de un software malicioso que permite que los hackers se infiltren en el sistema de las empresas. Esto les permite encriptar archivos y cobrar un rescate por ellos. Según Kaspersky, algunas compañías han perdido información que habían guardado durante más de una década y otras de plano han accedido a pagar los millonarios rescates para poder continuar operando.
Si algún día te atacan, quizá tú no cuentes con la misma suerte que Telefónica. Por eso es indispensable que tomes algunas medidas contra el posible secuestro de la información importante para tu empresa. Éstas son algunas de ellas:
1 No pueden secuestrar lo que está fuera del alcance de todos
Seguramente lo has escuchado hasta el cansancio, pero es la mejor manera de prevenir: debes respaldar tus datos. Guarda tu respaldo en la nube, o bien, en un dispositivo o que se encuentre offline o que no esté conectado al sistema de la empresa.
2 Aunque se te antoje, di que no
Es necesario reducir al máximo la tentación de abrir correos o links sospechosos. Por lo mismo, es recomendable que capacites a tus empleados en este tema. También es recomendable que instales un programa que bloquee publicidad digital, pues los hackers han comenzado a instalar software malicioso en los anuncios de páginas originales en las que seguramente confías.
3 Cómprate un escudo
Adquiere un producto que te ayude a detectar el ransomware y a protegerte de él a tiempo. Sin embargo, no olvides que ninguno de estos programas es infalible. Siempre debes acompañar el uso de estos productos con otras medidas de seguridad, como las anteriores.
4 Baja el switch
Si resulta que te infectaste, lo primero que tienes que hacer (incluso antes de buscar ayuda especializada) es desconectarlo todo. Si “apagas” el sistema evitarás que el ransomware logre expandirse y el daño será menor.
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