Estos métodos fueron “exitosos” para burlar al fisco pero el SAT ya los conoce
Al salir a la luz investigaciones como las de los Panama Papers, o cuando se llega a saber que algún famoso astro del futbol escondió millones del fisco al depositarlos en un paraíso fiscal, podemos llegar a pensar que la evasión fiscal está reservada a estos grandes contribuyentes. Pero no es así.
No sólo empresas gigantescas con una gran capacidad operativa evaden impuestos. En nuestro país, la compra de facturas electrónicas “fantasma” es muy frecuente, por ejemplo. Por otro lado, muchos contribuyentes intentan pasarse de listos e inclumplir sus obligaciones fiscales con esquemas más tradicionales, para los que el SAT ya tiene una respuesta más clara.
Desaparecer del radar
Parece intuitivo pensar que para no pagar impuestos puede bastar con desaparecer del SAT. El problema es que el SAT no es un simple cobrador del Coppel. Si un contribuyente cambia su domicilio fiscal y desaparece de la faz de la tierra durante cinco años y al sexto aparece, el SAT seguirá más que dispuesto a cobrarle lo que le debe.
Declarar en ceros
¿Crees que sólo por declarar en ceros el SAT va a pensar que no tienes impuestos por pagar? El SAT tiene numerosas formas de comprobar la actividad económica real de los pagadores de impuestos. El uso de la facturación electrónica es una herramienta formidable para incrementar la fiscalización. Aunque ya antes la autoridad fiscal tenía otras herramientas, como la declaración informativa de operaciones con terceros (DIOT), con la que las empresas informan al fisco a quién le vendieron o compraron.
Facturas fantasma
Este esquema consiste en la compra de facturas que amparen operaciones ficticias. Supón que una empresa compra facturas que amparen la compra de activos que en realidad nunca adquirió. Con estas puede deducir impuestos, aunque se arriesga a ser culpada de haber cometido un delito fiscal.
Con información de Mónica Isela Galindo Cosme, contadora del Colegio de Contadores Públicos de México
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