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¿Convienen las deducciones por contratar a personas con discapacidad o adultos mayores?

Muchas veces no se les contrata por prejuicios.




Foto: Shutterstock
14 noviembre, 2017

A pesar de lo que muchos podrían llegar a pensar, contratar personas con discapacidad o adultos mayores de 65 años puede ser muy rentable para las empresas gracias a los incentivos fiscales para quienes emplean a estas personas.

Para este efecto existen dos alternativas: 1) deducir el impuesto sobre la renta (ISR) retenido al trabajador y 2) acreditar el 25 por ciento del salario. La primera opción es conveniente en los casos de trabajadores con sueldos muy altos, pues la tasa de impuesto pagada por el empleador es mayor. En caso que el empleado tenga un sueldo bajo y, por ende una menor tasa, la mejor opción será acreditar el 25 por ciento de su salario. Otro beneficio de contratar a una persona con discapacidad es la exención de pagar impuesto sobre la nómina. Al ser un impuesto estatal, la tasa de este impuesto es variable. En la Ciudad de México, por ejemplo, es del 3 por ciento.

Sumando todo lo anterior, una persona con discapacidad que tenga las mismas aptitudes y conocimientos que otra sin ningún tipo de discapacidad puede ser un empleado más atractivo, pues el empresario estaría gastando hasta 38 por ciento menos en su sueldo si consideramos que la tasa máxima a personas físicas es del 35 por ciento y sumamos la exención de impuesto sobre la nómina de hasta el 3 por ciento.

Para acceder a este beneficio, los empresarios necesitan cumplir con requisitos como darlos de alta en el seguro social y contar con los CFDI. Las discapacidades pueden ser motoras (que necesite de silla de ruedas o prótesis permanente), problemas de habla, oído o ceguera.

Muchas empresa no cumplen con la obligación de contar con instalaciones adecuadas para personas con discapacidad, como rampas, barandales, etcétera. Esta es otra área de oportunidad para las empresas, que pueden deducir el 100% de la inversión en activo fijo para adecuar sus instalaciones. Por desgracia estos son beneficios casi inaccesibles para las pequeñas y medianas empresas, para las que invertir en infraestructura muchas veces es sumamente difícil.

Con información de Rolando Silva Briceño, integrante de la comisión representativa ante organismos de seguridad social del Colegio de Contadores Públicos de México.

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