La Cofece determinó que agrupaciones de taxis del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México han incurrido en prácticas monopólicas absolutas.
Aterrizas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, tienes que tomar un taxi de alguno de sus sitios y quedas azorado por la tarifa absurda que estás obligado a pagar. Lo primero que piensas es que debiste pedir un Uber, pero luego recuerdas que está prohibido hacerlo en este lugar. ¿Te suena familiar? La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) determinó que las agrupaciones de taxistas que ofrecen sus servicios en el AICM incurrieron en prácticas monopólicas absolutas. Esto es, que los actores económicos involucrados cometieron una falta al hacer un acuerdo que daña la competencia económica.
Según la Cofece, el 11 de abril de 2011, las agrupaciones de taxistas imputadas contrataron a Santaló Estudios y Proyectos (Sepsa) para que hiciera un estudio que determinaría una tarifa ideal para mejorar sus ingresos. Para su realización, los taxistas compartieron información que normalmente no le mostrarían a las empresas de la competencia, como costos de operación, tarifas, ganancias, número de unidades y estadísticas de ventas.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes le otorga a estas empresas la facultad de determinar su tarifa. La falta reside en que el cambio tarifario fue consecuencia de un acuerdo entre las agrupaciones de taxistas y no un ajuste producto de la competencia económica. De este modo, las empresas mejoraron sus ingresos en perjuicio de los consumidores y de otros actores económicos relacionados al AICM.
La Cofece estima que esta práctica monopólica afectó, entre agosto de 2011 (que fue cuando incrementaron sus precios) y diciembre de 2015, cuando menos a 12 millones de personas. Se calcula que el daño al mercado fue de nada menos que 771 millones 713 mil pesos.
La Comisión impuso multas que suman 23 millones 627 mil pesos. Además de la sanción, esta práctica podría provocar la rescisión del contrato que los involucrados tienen con el AICM, pues se establece como una posible consecuencia en caso de que se incurra en prácticas monopólicas absolutas. La Cofece no tiene la facultad de fijar las tarifas de los taxistas, por lo que se estudia la posibilidad de incluir a otros actores en el mercado, incluyendo a Uber, para propiciar la competencia económica.
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