el Contribuyente

Los contadores proponen estas reducciones de impuestos para las empresas

El Instituto Mexicano de Contadores Públicos cree que hacen falta estos cambios.


La administración del actual presidente, Enrique Peña Nieto, podrá ser todo lo que quieran: corrupta, impopular, agachona. Pero si hay algo que sabe hacer bien es cobrar impuestos. A junio de 2017, el padrón de contribuyentes es de 61.5 millones. A finales del sexenio de la administración anterior, de Felipe Calderón Hinojosa, era de 38.5 millones; es decir, tuvo un crecimiento del 60%. De hecho, en 2017 el 56% del gasto público lo sustentarán los contribuyentes, mientras que en 2012 los ingresos tributarios correspondieron sólo al 37.4%.

Los contribuyentes no están muy contentos que digamos. Según un estudio de KPMG México, el 86% de los empresarios piensa que la reforma fiscal tuvo un impacto negativo en la productividad de su empresa. Y no es de extrañar, pues en la actualidad las empresas destinan más de la mitad de sus utilidades en impuestos.

En respuesta a la situación anterior, el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) propuso una reducción sustancial a los impuestos a las personas morales para propiciar la inversión, generar empleos, combatir la informalidad y otorgar certeza jurídica a los contribuyentes. Además, la reducción al impuesto corporativo proyectada en Estados Unidos podría dejar rezagadas a las empresas mexicanas.

El Instituto propuso disminuir la tasa del impuesto sobre la renta de las empresas, pues la tasa actual (del 30%) está por sobre la media de la OCDE (de 25%) y por sobre la proyectado por el presidente estadounidense (de entre el 15% y el 25%). Así, el IMCP hace dos propuestas al respecto de la tasa de ISR: 1) reducir la tasa a 25% o 2) reducir la tasa a entre el 15% y el 20% a las empresas que reinviertan sus utilidades, conservando una tasa de hasta el 30% para las empresas que las distribuyan en pagos de dividendos.

Otras propuestas son la eliminación del gravamen del 10% sobre los dividendos que se pagan a inversionistas, regresar a la deducción de compras para las empresas, en lugar del costo de ventas y eliminar el límite a la deducibilidad de prestaciones exentas, pues éstas son un mandato de la ley laboral, por lo que deberían considerarse gastos estrictamente indispensables.

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