¿Qué tanto puede ayudarte hacer preguntas en tu entrevista laboral? Aquí te lo decimos.
Buscar empleo es, en sí mismo, un trabajo de tiempo completo. Gastas muchas horas en enviar tu currículum a diversas compañías y en contactarlas para ver si lo recibieron. En viajar por OCC Mundial o en ir a las ferias de empleo o, en el peor de los casos, en caminar por la calle viendo carteles de “se solicita”. Puede, incluso, desmoralizarte. Y de pronto tienes un correo nuevo en tu bandeja de entrada de una empresa que desea saber si puedes acudir a una entrevista laboral.
Tampoco es momento de viajar por el jardín de las ilusiones sino de prepararse para demostrarle al entrevistador que eres el correcto para la vacante. Pero ¿cómo puedes lograrlo? Gayle Laakmann McDowell, ex trabajadora de recursos humanos de Google, en su libro The Google Résumé, menciona que una estrategia es hacer preguntas.
Adriana Tolosa Vizcarra, especialista en recursos humanos del Tec de Monterrey, explica que las preguntas por parte del entrevistado denotan interés por la empresa, y que suelen referirse a las condiciones de trabajo que se ofrecen, tales como ambiente laboral, prestaciones y sueldo. También acerca de posibilidades de crecimiento, planes a futuro de la empresa, razones de por qué se liberó la vacante y algunos hasta de la personalidad del jefe contratante.
“Son buenas dependiendo de la tónica de las preguntas. Si demuestran un nulo conocimiento de la empresa y mayor interés en el factor económico, puede ser un indicio de que la motivación para ingresar es momentánea, sólo por necesidad y no porque el puesto y responsabilidades sean de su total agrado”, aclara Adriana.
Los tipos de preguntas que puedes realizar, según Laakmann McDowell, son las siguientes tres.
Preguntas ‘genuinas’
Son aquellas en las realmente deseas conocer las respuestas y que tienen que ver con lo básico del empleo. Aquellas que nacen de tu curiosidad del ambiente laboral. Por ejemplo: “¿Cuántas personas hay en el equipo? O, en su caso: “¿Quién evaluará mi desempeño?”.
Preguntas más preparadas
Son aquellas en las que demuestras que has reflexionado sobre los problemas del equipo o la compañía. Aquí ayuda investigar previamente el contexto de la empresa, sus principales competidores, los problemas a los que se ha enfrentado. Un ejemplo sería preguntar qué hacen las empresas automotrices, como Ford o Toyota, ante la llegada de Tesla y sus modelos ambientalmente ecológicos, en caso de que apliques para una de éstas.
Preguntas pasionales
Estas son aquellas que utilizas para demostrar lo apasionado que estás por el puesto por el que podrían contratarte. En su libro Laakmann McDowell formula la pregunta a partir de las personas que han tenido un empleo específico: “¿Qué separa a las exitosas de las que no lo han sido?”
También es necesario recordar que hay preguntas que, por sentido común, no deberías de hacer, como aquellas que involucran una respuesta de la vida personal del entrevistador: a final de cuentas no se encuentran en una situación de igualdad y a quien le conviene hablar sobre sí mismo es a ti no al entrevistador.
Así que antes de ir a una entrevista laboral y dejarte llevar por las ilusiones, documéntate y prepara al menos diez preguntas que se ubiquen en estos tres tipos. O volverás a la mecánica de buscar oportunidades una y otra vez.
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