el Contribuyente

¿Cuál es la relación entre la inflación y la tasa de interés?


Antes de hacer una inversión, considera los factores involucrados.


Muchos fumadores recuerdan con indignación cuando hace casi diez años la cajetilla de Delicados de 24 cigarrillos costaba 18 pesos. Hoy en día la cajetilla cuesta 42 pesos. Otro tanto ha pasado con muchos otros productos y servicios, como el kilo de huevo, que costaba ¡10 pesos! en 2007, mientras en la actualidad ronda los 20. Esto se debe a un fenómeno económico llamado inflación, que se define como un incremento generalizado y continuo de los precios de los bienes y servicios.

Uno de los mecanismos a través de los cuales los bancos centrales (el Banco de México en nuestro país) tratan de desacelerar el aumento de la inflación es mediante el incremento de las tasas de interés de referencia. Desde diciembre de 2015, el banco central mexicano la ha subido en diez ocasiones distintas, con lo que actualmente es del 7%. Gracias a lo anterior incrementaron los rendimientos bancarios y las tasas de interés en préstamos, hipotecas y tarjetas de crédito. En consecuencia, la población del país reduce su gasto y empieza a ahorrar más, lo que reduce el efecto inflacionario, aunque desacelera la economía.

Otro de los efectos de una tasa de interés alta es que, al incrementar los rendimientos, las personas tienden no sólo a ahorrar, sino a invertir. Lo que nos lleva a nuestro tema principal, el de la interacción entre la inflación y la tasa de interés. Imaginemos que haces una inversión de 1 millón de pesos con una tasa nominal del 6% anual. Tras un año, el banco te regresará 60,000 pesos por concepto de interés, además del millón que inicialmente invertiste. Fantástico, ahora eres 60,000 pesos más rico, ¿no? No tan rápido.

Año con año, diversas instituciones financieras hacen estimaciones de la inflación. Actualmente, los especialistas estiman que al cierre de 2017 la inflación será de alrededor del 6%. Lo que de cumplirse significaría que el dinero de los mexicanos perdió 6% de su poder adquisitivo. Para ilustrarlo, pensemos en uno de los ejemplos de arriba. En 2007, con un peso podías comprar el 10% de un kilo de huevo, mientras que en 2017 sólo puedes comprar el 5%, la mitad.

Así, suponiendo que tu inversión de 1 millón de pesos la hiciste el primer día de 2017, a tu rendimiento y tu inversión habría que restarle posteriormente la inflación correspondiente al mismo periodo de tiempo, que es del 6%. La tasa de interés nominal que suelen ofrecer las instituciones financieras al realizar una inversión, por lo general no toma en consideración la inflación. Para obtener la tasa de interés real y saber lo que realmente ganaste, tienes que tomarla en cuenta. En este caso es del 0%, dado que la inflación y la tasa de interés nominal son ambas del 6%. Mala suerte.

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