Aquirir deuda para invertir más puede incrementar tus ganancias… o tus pérdidas.
Dicho de manera general, el apalancamiento financiero es la proporción entre capital propio y prestado en una inversión. Supongamos que Fernando, un agricultor, cuenta con 100,000 pesos para invertir en su huerto de aguacates, pero no tiene dinero suficiente para hacer todo lo que le gustaría, por lo que pide 400,000 pesos prestados al banco con una tasa de interés del 15% anual. Con estos 500,000 pesos va a pagar un año de mano de obra, servicios, e insumos para poder producir y operar. Aquí hay una relación de 1:4, pues por cada peso que invirtió de su propio capital, hay cuatro en crédito.
Con el paso de los meses, Fernando mira con satisfacción cómo los aguacates engordan, los tallos se ven sólidos y las hojas adquieren un color saludable. Al llegar el momento de cosechar el fruto de un año de trabajo, consigue rápidamente compradores y recibe puntualmente los pagos.
Al hacer cuentas, hizo ventas por 750,000 pesos, pero antes de festejar debe pagarle al banco lo que le debe. Con un interés del 15% sobre los 400,000 que le prestaron, debe darle al banco 460,000. Si consideramos que hizo una inversión inicial de 100,000 pesos, podemos decir que su ganancia fue de 190,000. Es decir, casi duplicó su inversión (ganó 190%).
Pero, ¿qué habría pasado si las cosas hubieran salido distintas? Si, por ejemplo, un río colindante se hubiera desbordado por el temporal de lluvias, arrasando con una tercera parte de sus cosechas. En este escenario, si se asume que ninguna otra cosa salió mal, después de un año Fernando tendría no 750,000 pesos, sino 500,000 pesos, que apenas le alcanzarían para pagar la deuda con el banco. De los 100,000 que invirtió de su propio dinero sólo le quedarían 40,000; es decir, habría tenido una pérdida del 60%.
En caso de que los 500,000 pesos invertidos hubieran sido de Fernando inicialmente, en el escenario en que todo salió bien, su ganancia habría sido del 50%. En el supuesto en el que se desbordó el río, apenas alcanzaría a reponer su inversión. Por lo menos no habría tenido pérdidas.
Como se ve, el apalancamiento financiero, poder disponer de más capital del que se posee, puede ser de gran utilidad para emprender en actividades que incrementen nuestras ganancias, pero también sube dramáticamente el riesgo, en caso de que las cosas no salgan como las planeamos.
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