el Contribuyente

¿Los millennials realmente son tan holgazanes como los pintan?

Veamos lo que tiene que decir esta investigadora.


Una de las quejas más frecuentes entre los empleadores es que la generación millennial (nacidos entre 1984 y 2002) es una generación de holgazanes que creen merecerlo todo. Hace una semana, un directivo de la Coparmex incluso los llamó un “dolor de cabeza”. Aunque, siendo justos, este tipo de resentimientos intergeneracionales, donde los más viejos ven con desagrado a los más jóvenes, no son nada nuevo.

De la mitología griega (con el mito de las cinco edades del hombre) a la cristiana (con el de la expulsión del jardín del Edén), la obsesión con la idea de que los tiempos pasados siempre fueron mejores, ha estado presente. Alguien incluso se dio a la divertidísima tarea de recopilar algunos de los más extravagantes ejemplos que se han dado en la historia, como este, de 1771, que llama “raza de afeminados, narcisistas, frívolos demacrados” a los jóvenes de ese entonces.

Pero, entonces, ¿por qué es tan recurrente esta crítica a la generación millennial? Para responder a esta pregunta, la profesora de Management y colaboradora del Harvard Business Review, Kelly Pledger Weeks, hizo dos experimentos. En el primero les preguntó qué tan importante era trabajar en algo que tuviera valor para ellos a cinco personas de las generaciones millennial, X (nacidos entre 1965 y 1983), baby boomers (entre 1946 y 1964) y tradicionalistas (entre 1922 y 1945). En este primer sondeo, Weeks observó que para todas las generaciones era igualmente importante trabajar en algo personalmente significativo.

Al principio, la investigadora halló que lo que cada generación definía como trabajo significativo, difiere. Mientras los tradicionalistas valoran que un empleo te ayude a crecer, los baby boomers prefieren trabajos con los que puedan alcanzar sus metas personales, la generación X prefiere alcanzar sus metas profesionales (sin que el trabajo se coma su vida personal) y la millennial prefiere tener compañeros de trabajo agradables y ayudar a su comunidad.

Posteriormente, en otro experimento, elaborado con 298 personas, se les hizo elegir ítems que se acercaran más a su definición de trabajo significativo. Weeks halló que en esto, las distintas generaciones no discrepan gran cosa los unas de los otras. ¿Por qué, entonces, se ve con tan malos ojos a los millennials? En la segunda parte del estudio se observó que todas las generaciones perciben que las otras no trabajan tan duro, sólo lo hacen por el dinero y no les importa que su trabajo tenga algún significado. Es decir, todas las generaciones estereotipan negativamente a las demás.

Quizás deberíamos ser más empáticos con el otro. En el peor de los casos haría más llevadera la vida en la oficina.

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