Al menos en este caso de un jugador novato de los Acereros de Pittsburgh.
Los deportes profesionales son un negocio para los dueños de los equipos, los deportistas, los patrocinadores y las ciudades a las que representan. Basta un ejemplo: en México la liga oficial se llama Liga Bancomer.
De acuerdo con el estudio Nielsen Sports México, en nuestro país 12% de los mexicanos se declaran fanáticos del futbol americano, es decir, de la National Football League (NFL). El rey es el soccer con 76%, seguido del basquetbol, con 17%. Sin embargo ese 12% se traduce en venta y distribución de ‘merchandising’ de los diferentes equipos de la NFL, así como promociones en bares y restaurantes durante la temporada (de septiembre a enero) y el Super Bowl.
Los jerseys de los jugadores están entre lo que más venden los equipos de la NFL. Por supuesto, las estrellas de las diferentes franquicias están entre los favoritos de esta y otras ligas. Pero no siempre es así. El sitio de la NFL publicó una nota sobre un corredor novato de los Acereros de Pittsburgh que se ubica como el vendedor número uno de jerseys en este momento.
Se llama James Corner y fue elegido por los Acereros (el segundo equipo más popular en México según Nielsen) hasta la tercera ronda del darft. ¿Qué lo hace especial? Además de ser originario de la región de Pittsburgh y de haber estudiado en la universidad de la ciudad, superó una prueba muy difícil.
En 2015 el corredor fue diagnosticado con un cáncer conocido como Linfoma de Hodgkin. Después de librar una batalla férrea contra la enfermedad, James Corner pudo regresar a su equipo, las Panteras de Pittsburgh, para terminar como el mejor corredor de la escuadra en 2016.
Hoy es parte de un equipo que está entre los favoritos para llegar al próximo Super Bowl, además es el equipo de la ciudad donde estudió. Mejor, imposible… Por ahora la venta de sus jerseys está en el número 1, por arriba de Tom Brady, al que llaman el mejor mariscal de campo de la historia y actual campeón, y Dak Preskott, el Novato ofensivo del año en 2016, de los Vaqueros de Dallas (el equipo más popular en México).
Las historias como éstas apelan a las emociones de los fanáticos; una manera de ‘ser parte’ es a través de algo simbólico como tener un jersey con su nombre. Un símbolo que cuesta, obviamente. A escoger en blanco o negro por 99.95 dólares.
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