La institución compró los boletos más caros para el parque en el Día del Niño.
En 2016, el SAT realizó el mayor gasto en cuatro años para la adquisición de boletos de Six Flags, pues destinó la módica cantidad de 2.4 millones de pesos para celebrar el Día del Niño. Todo iba bien hasta ahí, si no fuera porque se exentó de pagar el IVA (Impuesto al Valor Agregado).
De acuerdo con la nota del portal La Silla Rota, los boletos se entregaron a los trabajadores de base con hijos menores de 15 años, como parte de las “prestaciones establecidas por condiciones generales de trabajo o contratos colectivos de trabajo”.
Esto es legal, ya que el artículo 85 fracción II del Sindicato Nacional de Trabajadores de Hacienda y del Servicio de Administración Tributaria otorga beneficios sociales y culturales, como que el Día del Niño los trabajadores con hijos menores de quince años reciban boletos de ingreso al centro de diversiones.
Lo cierto es que la compra de boletos aumentó considerablemente, pues de 1 millón 400 mil pesos que se gastó la institución en 2013, para 2016 aumentó a 2 millones 400 mil pesos; esto se debió al aumento del costo de los accesos; de 205 pesos por entrada en 2013 aumentó a 305 en 2016 (siempre con el descuento de 45 por ciento).
A pesar de que al SAT se le hizo un descuento de 45 por ciento por cada boleto, se pagaron los más caros, comparados con otras instituciones que adquirieron boletos en las mismas fechas como Estudios Churubusco Azteca o Banjercito (Banco Nacional del Ejército, Armada y Fuerza Aérea).
Actualmente los boletos de admisión general cuentan 619 pesos, por lo que con los descuentos de 45 por ciento que se hace al SAT, pagaría 340 pesos por cada pase. Si suponemos que la cifra seguiría creciendo a 8 mil 160 boletos este año (al estimar una proporción de 260 boletos por año) la cantidad aumentaría a 2 millones 774 mil 400 pesos.
El SAT no pagó el IVA por los boletos, ya que como lo dice el artículo 15 de fracción XIII de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, las entradas de espectáculos públicos, salvo los de teatro y circo, tendrán exención de dicho impuesto.
Cada boleto lleva impreso el nombre del SAT, el número de orden y de serie del convenio, así como las leyendas “prohibida su reventa” y “boleto no negociable”.
Es aquí cuando nos preguntamos ¿cuánto en realidad habrá gastado el SAT este año? ¡Que inventen a los hijos de los contribuyentes!
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