el Contribuyente

Trump podría lograr que el SAT le baje el impuesto sobre la renta a las empresas

No, no es broma.


Cuando KPMG México hizo su encuesta anual a altos directivos de empresa entre noviembre de 2016 y enero de 2017, la comunidad internacional en general y la mexicana en particular estaba incierta a causa de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Durante su campaña, Trump amenazó con construir un muro fronterizo entre México y Estados Unidos e imponer aranceles de hasta 35% a los productos provenientes de México. 

Siete de cada diez de los directivos de empresa respondieron que la economía mexicana empeoraría durante 2017. Es posible que si se hiciera la misma encuesta el día de hoy, los resultados no serían tan alarmantes, pues el ahora presidente de Estados Unidos ha moderado su tono. Esto en buena parte debido a los reveses que sus iniciativas han enfrentado ante los poderes legislativo y judicial estadounidenses.

"Aun así, persiste la incertidumbre en torno a los riesgos sobre una reforma fiscal estadounidense que reduzca sus tasas de impuesto sobre la renta (ISR) de un 35% a un 15%", dijo en entrevista con Reforma David Escalante, socio fiscal de KPMG. Esta reducción de los impuestos tendría como finalidad que las empresas estadounidenses sean más competitivas. De lograr aprobar una reforma fiscal semejante, Trump daría una ventaja importante a las empresas estadounidenses sobre las mexicanas. "Eso presionaría a México a adoptar medidas similares para mantener su competitividad", dijo Escalante. 

En la mentada encuesta de KPMG México, 88% los empresarios consideraron que la Ley de Ingresos de la Federación 2017 no impulsa la competitividad ni el crecimiento de su organización. El 86% consideró que el régimen fiscal mexicano no promueve la inversión. ¿Se imaginan? Trump, el gran villano, podría lograr que el gobierno haga lo que los empresarios llevan años pidiéndole.

En cualquier caso, es poco probable que esto suceda, pues incluso los senadores de su propio partido, el Partido Republicano, se opondrían a una reforma semejante, pues implicaría adquirir una cantidad sustancial de deuda.

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