Nuestro columnista analiza lo que vendrá si el uso de estas monedas virtuales se hace común.
Digamos que los gemelos Winklevoss le echaron ganas, posicionaron muy bien su criptomoneda y ahora todos los criminales la usan… Pero ¿saben qué? También los gobiernos han empezado a reconocer BitCoin. La subida de la semana pasada se debió nada mas y nada menos a que Japón decidió reconocer a esta moneda y su paridad con el yen, dándole un sentido de certidumbre a su permanencia en el ámbito mundial.
Para darse cuenta de la magnitud de lo que está pasando con esta moneda podemos visitar https://tokenmarket.net. Esta página ofrece lanzar su compañía en un tipo de oferta pública llamado ICO (Initial Coin Offering), donde podrá recibir fondeo por medio de bitcoins, haciendo todo el proceso con tokens (fichas). Es decir, en el futuro tal vez en lugar de comprar acciones de una empresa, comprarás tokens y esos tokens podrían contener todas las características tan polémicas de la misma moneda. Y por polémica me refiero especialmente a el anonimato.
Esto es un paso más en el futuro de la constitución de sociedades. Las empresas tendrán una parte de su capital social en tokens y ninguno de los otros accionistas podrán saber quién es el dueño de X o Y porcentaje de la empresa hasta que se autentique el token y se conozca la legitimidad del mismo. Sin duda alguna, todo este nuevo ecosistema es un parteaguas económico sin precedentes y está orientado a una nueva economía virtual del trueque.
Con ello vienen muchas incógnitas. ¿Cómo es que una empresa constituida virtualmente puede existir en el mundo físico? o ¿cómo una empresa virtual puede coexistir con alguna entidad física? La parte más escalofriante para los ministerios de economía tal vez pueda ser cómo van a poder cobrar impuestos a estas entidades virtuales.
Otra gran incógnita es: ¿esta economía estará orientada a no pagar impuestos y promover el intercambio de bienes y servicios? Lo que sí es cierto es que, en la medida en que las ICO se vuelvan populares, deberá existir un ente físico que las reconozca para ofrecer certidumbre a sus usuarios o clientes.