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Se espera que cada vez se pierdan más empleos ante la automatización.
Uno de los temas centrales de la campaña presidencial de Donald Trump fue la historia de cómo México le robaba empleo a los trabajadores estadounidenses, pues en nuestro país trabajan por una fracción del sueldo por el que lo hacen allá. Si bien esa historia no es del todo falsa, la realidad es más complicada, pues la mano de obra barata no es el único culpable.
Probablemente los principales culpables sean los robots. La creciente automatización ha hecho que cada vez se pierdan más trabajos manuales, aunque también se espera que en el futuro se pierdan algunos para los que se requiere estudios universitarios, como el de contador. Así es, una máquina podría hacer todos los cálculos que hoy en día tú haces. De hecho, el prellenado de las declaraciones de impuestos bien puede verse como un antecedente de esta tendencia.
La pérdida de trabajos, por supuesto implica menos recaudación de impuestos para los gobiernos alrededor del mundo. Los únicos ganadores en este trato a primera vista podrían parecer las empresas, que pueden mantener o incrementar su producción con menos gastos. Pero esto es sólo aparente, pues si no hay trabajo, la gente no tiene ingresos y si no tienen sueldos, no hay consumo. ¿Qué hacer ante esta situación?
Medio al ahí se va, hace unos meses Bill Gates propuso que los robots también deberían pagar impuestos. Su propuesta causó revuelo en ambos sentidos. Sin embargo, hoy su idea sigue tomándose en serio por algunas personas. La pregunta de fondo es, ¿si a un humano se le cobran impuestos por trabajar, por qué no también a un robot? Este concepto por supuesto traerá consigo toda clase de acertijos legalistas que los abogados y especialistas fiscales deberán resolver. Pero, por lo pronto, algunos especulan que con estos ingresos se podría solventar un ingreso mínimo universal. Sólo el tiempo dirá.
¿Soñarán los androides con auditorías electrónicas?