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Estos dos Nobel de Economía estarán en México el próximo lunes

Fueron acreedores de esta distinción por su crítica a la idea de un libre mercado sin ningún tipo de restricciones.

 



15 junio, 2017

Cuando en 1776 Adam Smith publicó The Wealth of Nations, cambió para siempre el mundo. Su trabajo es uno de los más importantes de la historia no sólo por su influencia en las esferas intelectuales y académicas, también por el impacto que tuvo en el mundo de manera concreta, pues desde su publicación, gobiernos alrededor del mundo han adoptado políticas públicas basándose en los conceptos que él introdujo y otros han elaborado.

 

Una de las ideas que más se permearon en el pensamiento económico es la de la famosa mano invisible, según la cual los individuos de una sociedad generarían más valor y beneficios para los demás si siguieran sus propios intereses. De este modo, dijo Smith, y no gracias al ordenamiento de un poder central, como un gobierno, se logra traer mayores beneficios a los ciudadanos de forma espontánea. Esta idea ha sido central para el pensamiento económico desde entonces. Sin embargo, ha tenido varios detractores ilustres, entre los que están Joseph Stiglitz y George Akerlof, ganadores del Nobel de Economía de 2001 que estarán en el foro económico organizado por el CIDE y la London School of Economics, que se llevará a cabo el lunes.

 

Akerlof y Stiglitz argumentan que un mercado no va a encontrar necesariamente el equilibrio por sí mismo, pues en la vida real con frecuencia hay escenarios en los que los actores cuentan con información asimétrica. Uno de estos escenarios ocurre con los vendedores de autos usados. El vendedor y el comprador no suelen contar con la misma información sobre la calidad de los autos ofertados. Usualmente el vendedor dispone de información privilegiada, a la que el comprador no tendrá acceso a menos que sepa de mecánica y tenga una oportunidad de inspeccionar el auto. Esto es, el vendedor y el comprador cuentan con información asimétrica.

 

Esto crea un problema masivo, que afecta el mercado de autos en su totalidad, incluyendo tanto al comprador como al vendedor. La teoría dice que, como los compradores generalmente no saben diferenciar entre los coches de buena y mala calidad, tenderán a querer pagar únicamente precios promedio. Esto hará que los vendedores de vehículos de la más alta calidad (los que cuestan más) se retiren del mercado y el promedio de precios baje. Como nuevamente los consumidores sólo querrán pagar el precio promedio (ahora más bajo por la retirada de los autos más caros), los vendedores de los segundos autos más caros se retirarán del mercado, luego los de los terceros más caros… Esto llegaría a un punto en que el mercado en su totalidad se vería afectado.

 

¿La solución? Justo lo contrario a lo que predican los exponentes más extremos del libre mercado. Mediante la intervención de un poder externo, como los gobiernos, se pueden mantener regulaciones que mantengan una correlación adecuada entre la calidad del producto y su precio, mediante inspecciones y certificados. La mano invisible, diría Stiglitz, es invisible porque no existe.

 

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