el Contribuyente

Como lo lees: las jornadas de 8 horas nos vuelven improductivos

Según el Foro Económico Mundial, deberíamos organizar nuestros días laborales de manera distinta.

 


Las jornadas de ocho horas diarias son prácticamente universales. Durante la Revolución Industrial, las jornadas de ocho horas se introdujeron para mejorar las precarias condiciones laborales de los trabajadores de la época. Sin embargo, según el Foro Económico Mundial deberían considerarse como una reliquia histórica que frena nuestra productividad. 

Lo que el Foro Económico Mundial propone en lugar de las jornadas maratónicas con pocos o nulos descansos, es una intermitencia de periodos de trabajo intenso atenuados por descansos breves. Un estudio del Draugiem Group halló que los trabajadores podrían ser mucho más productivos si trabajaran 52 minutos, seguidos de 17 minutos de descanso. 

Aunque parezca poco intuitivo, esto funciona porque al hacer esto los trabajadores fueron capaces de concentrarse de forma intensa en sus tareas durante los 52 minutos de trabajo. Lo que pasa usualmente, con las jornadas de trabajo tradicionales, es que los empleados se distraen al checar Facebook o mandar un mensaje por Whatsapp, lo que no sólo no sirve como un descanso auténtico, sino que además los distrae de sus tareas. Por el contrario, los 17 minutos de descanso están pensados para relajar, no descansos a medias tintas. Tomar una caminata breve, platicar con tus colegas o leer un poco es mucho más relajador que checar Facebook intermitentemente.

Algunos consejos para que este esquema pueda funcionar son planificar tu trabajo en periodos cortos y respetar las horas de trabajo. Todos solemos hacer una planificación de nuestro día con base en los objetivos que queremos lograr en un periodo dado de tiempo (como una jornada de 8 horas). Para hacer que este sistema funcione deberemos entonces planificar nuestros objetivos en tareas pequeñas, asequibles en una hora de trabajo.

También hay que respetar las horas laborales, sin interrupciones injustificadas, como revisar el correo electrónico o empezar a ver memes. La hora de trabajo es precisamente para eso: para trabajar. Ya podrás distraerte en el descanso. Por otro lado, cuando estés descansando trata de desconectarte de tus tareas. Piensa que de lo contrario, como es natural, terminarás por agotarte y ser menos productivo. 

Como dicen los gringos: work smarter, not harder.

Suscríbete al newsletter aquí.

Salir de la versión móvil