Innovar es importante para cualquier compañía, pero también aplica a las prácticas de todos los días.
La definición que da la Real Academia Española a la palabra “disrupción” es escueta: “rotura o interrupción brusca”. Incluso el autocorrector no ve a la palabra con buenos ojos y suele cambiar “disruptiva” por “disyuntiva”. Pero este término que viene del inglés “disruption” bien puede valerse de esa definición cuando se trata de negocios.
Pero más que una interrupción brusca se refiere a un cambio innovador que le permite a quienes lo realizan sobresalir de sus competidores, en ocasiones al crear un mercado totalmente nuevo. O casi… Buenos ejemplos son Uber y Airbnb o, en su momento, Amazon. Pero es precisamente Uber el que nos lleva al tema de esta nota: la disrupción en la cultura empresarial. La compañía ha acumulado una serie de malas prácticas corporativas que se han hecho virales y los han puesto a pensar y actuar.
Para bien de Uber, llegaron a la conclusión de que ese ambiente laboral tan tóxico debe cambiar. Inc. publicó un artículo sobre la cultura como disruptor y puso como ejemplo a Mike’s Head Lemonade, una empresa pequeña como las miles de pymes que existen en México. Se fundó en Canadá en 1999, cuando introdujo una bebida que combinaba vodka con sabores naturales y agua carbonatada.
Eventualmente se mudaron a Seattle y en 2013 cambiaron sus oficinas matriz a Chicago. En 2016 crecieron 10% y en lo que va de este año acumulan un crecimiento de 13%. Pero ¿cómo lo lograron? De acuerdo con Inc., todo iba bien hasta que en 2013 la cervecera Anheuser Busch, así como Miller, decidieron entrarle al mismo negocio con sus respectivas bebidas.
Esto significó pasar de un 80% de presencia de marca en la región a un 8%. En situaciones como esta, cuando “gorilas de 300 kilos deciden entrar en tu espacio, es que tu cultura es puesta verdaderamente a prueba”. Y Mike’s Head Lemonade, con sus 250 empleados, logró superarla. El presidente de la compañía dijo: “Creo en la cultura como un disruptor”. También cree en que deben divertirse mientras obtienen ganancias, lo que los ha llevado a una doble meta: ser el mejor lugar para trabajar en su industria y tener un crecimiento de doble dígito cada año.
Se trata de crear procesos, valores y una cultura laboral que eventualmente hará que tus clientes se conviertan en tus mejores promotores de boca en boca. Por eso el departamento de mercadotecnia tomó la decisión de hacer un poco de lado la publicidad televisiva para centrarse en el millón de seguidores que tienen en Facebook.
Por supuesto, es clave contar con un producto o servicio de primera, algo en lo que han invertido tiempo y dinero. Según el director de la empresa, “los millennials privilegian el sabor”, de ahí que se hayan enfocado en crear bebidas en las que éste sea único y los distinga de la competencia. Esto les permite tener un mejor margen de ganancia. Así que si tu empresa tiene 300 o 200 empleados, disrumpir no será problema si tienen claro su ADN y entienden que el cliente manda.
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