Empresarios como Carlos Slim están acostumbrados a ver bajas en su fortuna de esa magnitud, pero para estos millennials es diferente.
En el mundo del capital de riesgo los millones van y vienen. En febrero publicamos que Snap Inc, la empresa que creó Snapchat, estaba por lanzar su primera oferta pública en Wall Street. En su estreno en marzo, el precio por acción superó lo que estimaban los analistas. Todo parecía ir bien, pero en las semanas subsecuentes ese precio comenzó a descender-subir-descender…
Antes del descenso, su CEO, Evan Spiegel, incluso recibió un bono de 750 millones de dólares. Sin embargo, ayer 10 de mayo, el reporte de ganancias de la compañía fue una revelación deprimente. Los resultados no fueron los que Wall Street esperaba y la acción de la compañía bajó alrededor de 23%, para colocarse en 17.66 dólares.
CNBC especula que si este nuevo precio se mantiene este jueves, significaría para los fundadores de Snap Inc, Evan Spiegel y Bobby Murphy, pérdidas por alrededor de mil 300 mdd y mil 100 mdd, respectivamente. Por supuesto, ellos no serían los únicos en perder, sino aquellas compañías de inversión que han apostado por esta empresa (de cámaras, según ellos).
Por su parte, Business Insider rescata las opiniones de algunas de las compañías de análisis financiero más importantes de Estados Unidos. Morgan Stanley dijo estar decepcionada de los reportes, pues no es lo que se espera ver de una compañía un mes después de que hizo su oferta pública. Por su parte, para Goldman Sachs se mantiene como una acción que hay que comprar, pero Jefferies dice que hay que vender.
Sin embargo, el análisis más certero parece venir de UBS. Dicen que la rápida evolución en la tecnología y en Internet pueden provocar un cambio en el comportamiento de los usuarios de Snapchat. Esto podría traducirse en un “engagement” menor si se tiene en cuenta a la competencia, léase Facebook, Instagram y Google, por mencionar a las más fuertes. Las historias en Instagram y Facebook sin duda no le ayudan a Snapchat, que tendrá que innovar para reposicionarse
Por cierto, Evan Spiegel no ha tuiteado… ¡nunca!