A un año de su lanzamiento, analizamos las fallas del servicio de streaming del club de futbol, para que no tropieces con las mismas piedras.
Las Chivas del Guadalajara se coronaron como el euqipo campeón del Clausura 2017 del futbol mexicano. Sin embargo, su transimisón dejó mucho qué desear, especialmente la dirección de cámaras. Pero estas fallas literalmente son de origen, por eso hay que revisar la historia de este canal.
Comencemos por preguntar: ¿puede una empresa sobrevivir al desastroso lanzamiento de un nuevo servicio? Si su principal capital es la férrea fidelidad de la afición más grande del país a un club de futbol, sin duda. Pero en los negocios los tropiezos cuestan y no son fortuitos. Los errores están a la vista en el tan sonado y mediático caso de Chivas TV (el servicio de streaming para ver los partidos de local del club más popular del país).
A un año de su lanzamiento, ¿qué se puede aprender de un proyecto empresarial que, para bien o para mal, ha sacudido el tablero del espectáculo futbolístico en México? Analizamos la historia de Chivas TV como negocio para explicar cómo es que ahora (y luego de pasar un partido tan relevante como la final de la Copa MX) sigue sin hacerse de un lugar claro entre los actores de la industria.
1- Perder el control de la operación
Amaury Vergara Zataráin, director de Chivas TV, llega al centro de transmisión del estadio (ubicado en la parte superior poniente del inmueble) cuando faltan exactamente 45 minutos para el inicio del último partido del Guadalajara como local en el Torneo Apertura 2016. El equipo de Chivas TV luce relajado. Son un grupo de poco más de 120 personas: técnicos de Productora y Comercializadora de Televisión (PCTV, el proveedor de grabación), técnicos de la unidad satelital de Omnilife y los 15 empleados directos de Chivas TV (incluidos la productora, los maquillistas y el personal de redes sociales). Sólo la presencia de cuatro agentes de seguridad en las entradas del set y el cuarto de transmisión delatan un nerviosismo que persiste tras un sabotaje exitoso y un par de tropiezos dolorosos con consecuencias millonarias. Nos referimos al infame episodio de la silla y la toma fija durante un clásico tapatío.
“Uno de los retos grandes fue que, al principio, tuvimos que contratar a muchos proveedores para salir con la señal, entonces —natural y muy desafortunadamente— se generó competencia entre ellos. […] En esa competencia se suscitó un tema como de sabotaje, en donde […] no se aseguraron de que la transmisión [del clásico tapatío: Chivas vs. Atlas] saliera bien, y tuvimos algunas fallas”, dijo Vergara Zataráin sobre un episodio que el equipo quisiera ver ya sólo como una anécdota.
Pero ahí no acabaron los problemas técnicos derivados de su falta de equipo y personal propio. Enero de 2017, es la medianoche de un sábado tras un partido como visitante, en una de las camionetas rentadas por el equipo de producción un editor de video está esperanzado de que su computadora termine de procesar el videoresumen del juego que terminó hace casi dos horas. No estará listo sino hasta muy entrada la madrugada y terminará por subirse a la plataforma de Chivas TV casi 12 horas después del pitido inicial. “La verdad es que la gente que hace Chivas TV es buena, pero no tienen el equipo [adecuado]”, detalla una fuente que forma parte de la producción de manera anónima, temeroso de que no lo vuelvan a contratar en la plataforma.
2- Reaccionar en lugar de proponer
La apuesta se armó prácticamente en una semana: desde buscar proveedores y equipo de producción hasta montar el proyecto como una nueva división corporativa, pasando por el “pequeño detalle” de plantear un modelo de negocio. Cuando el 19 de mayo de 2016 los directivos de Chivas anunciaron que no renovarían su contrato de licencia de transmisiones con Televisa, no tenían claro cómo iba a funcionar su nuevo proyecto.
“Hemos tomado la decisión de no firmar con ninguna cadena”, fueron las palabras exactas que usó el Grupo Omnilife-Chivas, de Jorge Vergara. Anunciaron que iban a “romper paradigmas”, pero no dijeron cómo. Sólo tres días después presentaron Chivas TV, un canal vía internet o servicio on-demand propio. Una idea que sólo se había escuchado para la transmisión de temporada completa en algunas ligas (notoriamente las estadounidenses MLB, NFL y NBA) bajo un mismo servicio. Pero en este caso, no parece que se haya planeado sino hasta los últimos momentos de las negociaciones con Televisa. En resumen, es más una reacción que una propuesta.
De acuerdo con Amaury Vergara Zataráin, director de Chivas TV, la decisión se tomó apenas terminadas las negociaciones con Televisa. “Se hizo un análisis en todos los sentidos: financiero, comercial. Creo que en ese momento miramos la plataforma de streaming simplemente como una herramienta… Si te soy honesto, no sabíamos mucho de la industria. No es nuestro core business, pero [lo vimos] simplemente como una alternativa y como una apuesta”.
El resultado: un servicio defectuoso que ya les ha costado una multa por 5.2 millones de pesos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), gastos de producción en el orden de los millones de pesos mensuales y una demanda de 20 millones de dólares por parte de Bimbo, su antiguo patrocinador, por incumplimiento de contrato al dejar de aparecer en televisión abierta; sólo Tecate se quedó para esta nueva etapa del equipo rojiblanco. Considerando que el 75 por ciento de las empresas en México cierran antes de los dos años, se trata de lujos que no cualquiera se puede dar.
3- Dar paso sin huarache… y sin aliados
Con Chivas TV todo ha sido una apuesta, y una muy arriesgada es atraer aliados hasta que se lanza el producto, y Chivas TV se tardó seis largos meses en concretar su primer acuerdo de distribución. Ese primer aliado fue Cinépolis, en noviembre del año pasado, para transmitir los juegos como local de “El Rebaño” (como le dicen sus aficionados) en su propio servicio on-demand que “apenas” había lanzado cuatro años atrás: Cinépolis Klic.
¿Por qué Chivas TV no nació antes? Porque no tenían claro su modelo de negocio y porque las negociaciones para vender los derechos de transmisión de los juegos en su estadio continuaban con cadenas de televisión por cable (ESPN, Fox Sports, por ejemplo), a pesar de que la plataforma ya había vivido sus primeros grandes tropiezos, desde su muy turbulenta primera transmisión el 23 de julio del año pasado hasta la bochornosa escena de una silla que se vio en lugar del juego durante varios minutos el 20 de agosto.
En diciembre, un mes después de anunciar la alianza con Cinépolis, Chivas TV dio a conocer otro convenio, esta vez con Claro Video, el servicio de streaming de Carlos Slim. “Si los números que me da Chivas son ciertos, les está yendo muy bien”, dijo entonces Arturo Elías Ayub, “mano derecha” de Carlos Slim y director de Uno TV, también de Grupo Carso.
Incluso después de librar la difícil aduana del primer semestre de operaciones, el ¿medio?, ¿canal?, ¿plataforma? aún no tenía claro su modelo de negocio, reconoció el propio Amaury Vergara en entrevista para El Contribuyente, en noviembre de 2016: “Todavía no pasamos esa etapa en la que estamos al cien por ciento seguros de nuestros números. Fue tan efervescente [el lanzamiento] que aún seguimos analizando nuestros costos de producción, de contenido, más las corridas de cómo va a ir creciendo la base de suscriptores o de pagos por evento [ppe]. Todavía no tenemos un análisis que nos permita sentirnos seguros de nuestro objetivo”.
4- No saber ni dónde estás parado
Que no extrañe el candor con el que los directivos de Chivas TV aceptan que no sabían en lo que se estaban metiendo: el propio Jorge Vergara ha admitido en más de una ocasión que compró el Guadalajara “sin saber mucho de futbol”. El primero en decirlo fue el CEO del grupo Omnilife-Chivas, José Luis Higuera: “Yo oía que las ott [over-the-top content, transmisiones por internet sin un operador de por medio] estaban muy listas y resulta que no. Para nosotros se trató de asumir el reto: no saber qué pasaría o perder la oportunidad”.
El hijo del dueño y cabeza del proyecto, Amaury Vergara, ha seguido sus pasos: “Hay veces, te voy a ser honesto, en que es muy complejo, porque estamos entrando en esta industria sin saber prácticamente nada”. Sin embargo, el dueño del Grupo Omnilife-Chivas ha vuelto a afirmar que en un año y medio se prepararán para que Chivas TV pueda “llegar a 20 millones de aparatos”.
En México hay 12.8 suscripciones a banda ancha fija por cada 100 habitantes, necesaria para dar un servicio óptimo, lo que equivale a sólo 15.4 millones de conexiones de ese tipo. Las cifras no dan: esto podría significar que el mercado al que Vergara se refiere ni siquiera existe en nuestro país, de acuerdo con las cifras dadas a conocer este 2017 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).
“Ellos podrán decir que Claro [Video] o Cinépolis [Klic] los buscó a ellos, pero no: la verdad es que fue Chivas quien salió a buscar esas pantallas para transmitir. La idea se la dio su proveedor de streaming, la empresa gringa [Ooyala]”, dice una fuente allegada a la producción de Chivas TV, quien pidió permanecer anónimo porque trabaja para uno de los proveedores de la plataforma.
5- Ser víctima de una crisis de comunicación
“No sé por qué dicen que es un fracaso”, dijo visiblemente molesto José Luis Higuera a los periodistas deportivos del programa Futbol Picante de la cadena ESPN el pasado 11 de abril. Los panelistas habían sido especialmente incisivos con el regreso de los partidos de Chivas a TDN, un canal de paga de Televisa, como una contradicción a las metas originales del proyecto. “El proceso de Chivas TV sigue. Hay que profundizar antes de opinar”, remató el CEO antes de hacer una larga pausa.
La frustración de Higuera respecto al conocimiento o desconocimiento de las metas de la nueva plataforma entre los periodistas deportivos en realidad nació en su propio equipo: Chivas TV falló al comunicar, por ejemplo, que el “regreso a Televisa” no era un retorno al statu quo, pues el control de la señal y la narración seguirían en sus manos y porque el reingreso es únicamente a una señal restringida y no a televisión abierta, como solía ser.
“Así se sintió en ese momento, ¿no? ‘Chivas va a lanzar su televisora de deportes’. Creo que todavía está ahí esa percepción y también creo que se va a ir modificando cuando vean lo que queremos lograr”.
Esa percepción no ha mejorado y seguimos sin saber qué es lo que quieren lograr: cada etapa del proyecto ha sido una oportunidad para el mal entendido: “Las Chivas volvieron a Televisa”, escribía el analista de televisión más leído del país, Álvaro Cueva, en su columna del 9 de abril de 2017. El mensaje no ha quedado claro… ¿Por qué Chivas regresó a Televisa?
6- No leer las letras chiquitas
El error no estuvo en volver a hacer tratos con Televisa, por supuesto, sino en ignorar los detalles de los contratos. Porque el tan sonado “retorno a Televisa” no fue planeado: proviene de una “sorpresa” con la que se encontraron en las últimas etapas para cerrar un lucrativo contrato con Fox Sports para transmitir en televisión de paga.
Cuando la oferta económica estuvo sobre la mesa, los abogados de Televisa jugaron una carta que tenían bajo la manga: una cláusula del contrato previo entre Televisa y Chivas que establecía que la televisora tendría preferencia frente a otros postores, con lo que sólo necesitaban igualar el monto de la oferta.
No es de sorprender que Chivas TV busque hacer negocio con los canales de paga. En palabras de Arturo Elías Ayub, de Claro Video: “Los derechos de transmisión del deporte van a tener un valor más importante, porque es lo único que la gente sí quiere ver en el momento [en vivo]. No tengo duda de que seguirá incrementándose dicho valor”. Con todo lo que han incrementado las audiencias vía internet, el mercado de la televisión por cable sigue siendo atractivo: en México existen 18.2 millones de suscripciones a televisión de paga (por cable o satelital), lo cual representa el 56 por ciento de los hogares.
Lo que sorprende es que a fines de abril de este año, Vergara dijera en un foro en Guadalajara: “Una parte del contrato nos tenía atados con Televisa, pero en año y medio: ¡adiós!”. Por supuesto, la parte más llamativa de esa oración es la despedida, pero ¿por qué fue hasta un año después del lanzamiento que Vergara explica que “el contrato lo tenía atado” con Televisa? ¿Acaso no leyó el contrato que firmó con la empresa de Emilio Azcárraga?