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Así es como Netflix y Spotify se están “chamaqueando” al SAT
Los servicios de streaming extranjeros, a diferencia de los nacionales, no pagan impuestos. ¿Es justo?
Aunque parezca difícil de creer, hay algunas empresas con las que el SAT la tiene difícil cuando intenta clavarle los colmillos. Empresas como Spotify, Netflix o Uber son un quebradero de cabeza para las autoridades fiscales de varias jurisdicciones, no nada más la de México.
Esto se debe a varios motivos, entre ellos, que al tratarse de transnacionales, la mayoría tiene operaciones en más de una jurisdicción fiscal. Esto significa que parte de sus ingresos provienen de países en lo que podrían no tener una presencia física. Esto dificulta la recaudación de impuestos como el ISR y el IVA, cuyas legislaciones en ocasiones quedan rebasadas.
Si bien compañías digitales como las mencionadas, que no necesitan de infraestructura física para operar en un país, deben pagar los mismos impuestos, si la legislación del país no contempla los supuestos de operación específicos del negocio, no pueden ser fiscalizadas. Por la diversidad de los negocios, que poseen características muy distintas (retail en línea, tiendas de apps, publicidad electrónica, computación en la nube), es más difícil gravarlas correctamente.
Uber, por ejemplo, que conecta los usuarios con una red de choferes privados gracias a una aplicación, no paga ISR. Por ello, hay una iniciativa de reformar el artículo 94 de la Ley del ISR, que incluye “los ingresos que perciben las personas físicas de personas morales o de personas físicas con actividades empresariales, derivados de la contratación de un servicio de transporte público a través de plataformas tecnológicas”. De pasar esta iniciativa, los choferes de Uber tendrían que pagar impuestos como un godinez cualquiera.
El hecho de que los servicios de streaming extranjeros no pagan impuestos en la mayoría de los países hace que los servicios locales estén en desventaja. Por esta razón (y para recaudar más, obvio) Colombia empezó a cobrar IVA de 19% a empresas de streaming radicadas en el extranjero, como Netflix, Spotify o Hulu. Esto apareja el suelo para los competidores locales. En Argentina se aprobó un impuesto similar desde 2014 y en la Unión Europea no sólo se habla de aprobar un impuesto, sino de forzar que el 20% de los contenido ofrecidos sean europeos.
¿En México para cuándo? El éxito de compañías como Netflix depende en parte de mantener márgenes mayores al no tener que pagar impuestos locales. Esto por supuesto no sólo pone en desventaja a la televisión tradicional, sino incluso a los servicios que ofrecen contenidos por internet como Blim, Claro Video y Cinépolis Klic, que sí tienen que pagar impuestos.
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