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¿Estamos ante un “Nuevo sueño americano”?

Nuestro columnista analiza lo que podría suceder si se aprueba la reforma fiscal de Donald Trump.




27 abril, 2017

El miércoles 26 de abril, el equipo de Donald Trump presentó la propuesta fiscal para Estados Unidos, un paquete que acaba con el estatus quo y le regresa al pueblo estadounidense aquel sueño que se perdió durante décadas. Un sueño donde todos tienen trabajos bien pagados y en el que la base de la economía es el consumo como motor del desarrollo de las empresas.

De aprobarse, este sería un paquete fiscal radical y moderno, uno que muy bien podría alinearse con una nueva realidad y las demandas de la generación Z, donde los individuos que la componen buscan ser gente muy preparada, dispuesta a ser mejor que los de la generación anterior… pero con menos complicaciones. Esto significa más fuerza laboral y menos emprendimientos.

Pero¿ cuáles son los puntos clave que podrían regresar la gloria a la sociedad  estadounidense?

Bajos impuestos en repatriación de capitales
El modelo económico actual “no contempla” un entorno global donde las empresas pudieran tener presencia masiva en todas partes del mundo. Manejar dinero entre países se volvía un dolor de cabeza y era muy costoso. Muchas de estas empresas, aunque tenían su base en Estados Unidos, preferían utilizar esquemas fiscales en otros naciones más pequeñas que les permitieran aumentar sus utilidades. Esto hacía que el dinero nunca llegara a las cuentas de la “holding” en Estados Unidos.

En el nuevo esquema, se propone que todas las ganancias de las empresas con este tipo de estructura, puedan ser acumuladas en Estados Unidos por medio de un descuento en impuestos, y las ganancias anteriores sean reintegradas a las arcas de esa nación por medio de un esquema de repatriación con beneficios.

El caso más escandaloso de este tipo es el de las empresas de tecnología, en particular Apple. Esta compañía tiene empresas (o representaciones) asentadas en distintas partes del mundo. Cobra en moneda local y algunas veces ese dinero –o parte de éste– se queda en el mismo país donde se origina la venta, por la ventaja que los códigos fiscales tienen en el país de origen de la operación. 

Por ejemplo, supongamos que Apple tiene tres satélites, uno en México, otro en Japón y otro en Inglaterra, cada uno con $100 dólares de venta. Las operaciones de Apple en el esquema de ventas regionales representaría para Estados Unidos un ingreso en impuestos de $0 dólares, pero si Apple se puede beneficiar de mejores condiciones fiscales en el país de la “holding”, entonces las ventas de sus satélites representarían ingresos para la nación por los impuestos de esos $300 dólares que cobró en cualquier otra parte del mundo.

Impuestos bajos para la población en general
Se proponen tres tasas de impuesto: 10, 25 y 30%, y se propone que las familias con hijos puedan deducir escuelas y cuidados de los hijos. Así como también se podrán deducir los gastos relacionados con vivienda. Adicionalmente se eliminan todas las otras deducciones personales y no pagarán impuestos sobre los primeros $24,000 dólares, creando una tasa “0” para los que ganen esa cantidad anual.

Y en Wall Street
Donde viene lo bueno es en Wall Street, pues se propone la eliminación del impuesto a ganancias de capital. Ese impuesto, que hoy se paga cuando se compra una acción y se vende a un precio mayor, será eliminado (si se aprueba la propuesta claro). La idea es que la gente vuelva a invertir en las compañías públicas y de este modo ser capaces de generar un patrimonio con esas inversiones, reduciendo la volatilidad en el mercado e incrementando la estadía del capital por años. 

Ésta es una idea que podría fascinar a la generación Z, donde el “súper empleado” no tiene tiempo para hacer más dinero que el que sus horas de empleo le dan y donde el ahorro es la base fundamental para el retiro a temprana edad.

Actualmente en Wall Street, el mismo dinero ha cambiado de manos día a día, haciendo los índices vulnerables y susceptibles a cualquier especulación. Los estadounidenses dejaron de creer en Wall Street como una fuente confiable para incrementar su capital, pero ahora será diferente. Las empresas encontrarán crecimiento por medio de las reducciones, la gente tendrá empleo y gastarán. Habrá más consumo y los fundamentales de las empresas serán notablemente mejores y más sólidos. Será como el renacimiento de esa nación.

Un tema muy sensible, pero que también va de la mano (aunque será materia de otra publicación), es la reforma laboral y la migratoria. Aquí, para que todos los gringos puedan tener trabajo, se requiere que algunos extranjeros abandonen el país inmediatamente.





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